Muere apuñalado un joven de 17 años en el Poblado de Alfonso XIII poco después de ser sancionado por la Policía

La Policía Local de Isla Mayor paró a Daniel tras perseguirlo durante unos kilómetros por conducir irregularmente con una motocicleta por las calles de la localidad y saltarse el alto de los agentes

El menor fue asaltado unos minutos más tarde por un grupo de jóvenes que estaban en una plazoleta detrás de una parada de autobús y huyó en moto, pero se desplomó a los pocos metros

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La parada de autobús donde se ha producido el apuñalamiento, en el Poblado de Alfonso XIII.
La parada de autobús donde se ha producido el apuñalamiento, en el Poblado de Alfonso XIII. / antonio pizarro

Isla Mayor/Luto, tristeza y consternación en La Puebla del Río e Isla Mayor. Un joven de 17 años, vecino del primer municipio y con familia en el segundo, falleció en la madrugada de este miércoles en el Poblado de Alfonso XIII en el transcurso de una pelea que se produjo pasada la medianoche en la parada de autobús que hay en este pequeño núcleo urbano. Los hechos, que la Guardia Civil investiga como un homicidio, tuvieron su punto de infortunio, ya que el chaval no tenía por qué estar en el sitio en el que se cruzó con su asesino. Si acabó en esa parada fue porque acababa de protagonizar una persecución con la Policía Local de Isla Mayor, por otro incidente sin relación con el que terminó costándole la vida. La mala suerte quiso que el menor intentase esconderse en el Poblado, que lo encontrasen los agentes y que, poco después de que se marchasen los policías, se topase allí con su agresor, que según las primeras indagaciones también es menor de edad.

Muere un joven de 17 años apuñalado en Isla Mayor

La secuencia de los acontecimientos que acabaron con este drama empezó sobre la medianoche en las calles de Isla Mayor. Daniel y un amigo, a lomos de dos motocicletas de poca cilindrada, estaban haciendo caballitos en la avenida principal, así que un patrullero de la Policía Local les dio el alto, pero ellos no hicieron caso y salieron en dirección al Poblado de Alfonso XIII. Los policías fueron detrás y el chaval, al llegar a ese pequeño núcleo urbano rodeado de kilómetros cuadrados de arrozales, logró escabullirse entre sus calles. El amigo, que se separó de él y quién sabe si se libró de correr la misma suerte, acabó siendo identificado después por la Policía Local de La Puebla del Río, alertada a su vez por la de Isla Mayor.

Una vez que Daniel fue interceptado, los agentes le tomaron los datos y le avisaron de la sanción administrativa que le iban a imponer por la comisión de dos infracciones: conducción negligente y no respetar la orden de la autoridad de parar la motocicleta en Isla Mayor. Después se marcharon y lo dejaron en la entrada del Poblado.

Así lo confirmó a este periódico el jefe de la Policía Local mientras a unos metros, en el balcón del Ayuntamiento, una empleada municipal colocaba crespones en las tres banderas que allí ondeaban en señal de luto por el fallecimiento de la víctima. La versión de la familia es distinta y se centra en que Daniel sólo estaba visitando a un familiar en Isla Mayor.

Según otros testigos que corroboran el incidente con la Policía, Daniel mandó un mensaje a su amigo una vez que los agentes se marcharon y se dirigió a la parada de autobús que el Consorcio de Transporte Metropolitano del Área de Sevilla tiene en la avenida de La Puebla del Río, a la sombra de un antiguo depósito de agua que ahora es un bonito mural obra de Mónica Paz. Con tan mala suerte de que justo detrás, en una pequeña y árida plazoleta al final de la calle Concejal Julián Jiménez (la gente del lugar la llama calle Real), había un grupo de jóvenes. Uno de ellos iba a ser el autor del apuñalamiento. Los primeros indicios apuntan a que el móvil fue un intento de robo al que la víctima se resistió. En esa refriega, Daniel acabó siendo apuñalado cerca del corazón.

Tras zafarse de sus agresores, la víctima consiguió montarse en su motocicleta y huyó hacia Isla Mayor por el mismo arcén donde estaba la parada del bus, es decir, a contramano. Pero la herida que le habían infligido era mortal de necesidad y a unos 80 metros, recién pasada la salida de la pedanía y a la altura de una acequia, cayó.

Algún vecino o vecina alertó entonces al 061, que a su vez llamó a Emergencias 112. Los primeros en presentarse fueron de nuevo los policías locales de Isla Mayor, un hombre y una mujer que emprendieron las maniobras de reanimación cardiopulmonar. Poco después se les unió el médico de guardia de la localidad marismeña. Estuvieron un buen rato intentando salvarle la vida, pero fue imposible. Tras certificar su defunción, el cuerpo fue levantado por la comisión judicial sobre las cuatro de la madrugada. A esa hora, algunos familiares del joven ya habían sido avisados de la tragedia y se habían personado en el lugar. La madre, lógicamente, no quería creerse lo que había pasado. Sentada en la acera contraria, apoyada contra un muro blanco en el que hay algunos pájaros pintados, un azulejo con el escudo del pueblo y el nombre del Poblado, la mujer no cesaba de referirse a “Dani” con todo el dolor del mundo. Algún vecino criticaba después que ninguno de los sanitarios que habían acudido en auxilio de su hijo no hubiesen tenido el detalle de atenderla.

Varias horas después, ya sin presencia ni de la Policía Local ni de la Guardia Civil y sin precinto alguno, el único rastro visible del crimen eran un pequeño goteo de restos de sangre reseca en la plataforma de la parada y en la calzada, quizás donde Daniel había aparcado la moto, y un charco bastante más rotundo a algo menos de cien metros, casi al lado de una señal de entrada que alguien había vandalizado para que pusiera “Poblado de Alfonso 13”. Enfrente, ajena a la presencia de periodistas, una pintora restauraba otro mural. Y detrás, maquinaria pesada levantaba tierra junto a la Agrupación de Vertidos de Isla Mayor.

Con la salvedad de ese amontonamiento de sangre reseca, ninguna señal más había de que allí se hubiese cometido un crimen. Antes de las ocho de la mañana ya estaba la zona limpia. La trabajadora municipal que se encargó de ello contaba lo que había recogido: “Una botella de plástico con agua, un bote de colonia negro, gasas con sangre, una jeringuilla y otros restos de los sanitarios”.

Dentro del Poblado, en cambio, imperaba la cautela. “Lo mejor es no decir nada porque luego se forma el rebullón”, apuntaba un parroquiano del Centro Cultural Alfonso XIII, aparentemente el único bar de este reducto. “Es el nieto del Ambrosio. El chaval es de La Puebla pero tiene familia en El Puntal”, señalaba otro. El Puntal es como los lugareños llaman a Isla Mayor. “Todos estamos consternados”, aseguraba un tercero.

Al cierre de esta edición, la Guardia Civil todavía no había detenido al autor o autores del apuñalamiento. La investigación corre a cargo de la Unidad Territorial de Policía Judicial, por supuesto con la colaboración de la Policía Local de Isla Mayor.

Luto y "consternación"

El Ayuntamiento de La Puebla del Río, la localidad donde residía la víctima, también ha decretado un día de luto por la muerte de este vecino de 17 años. Las banderas oficiales ondean a media asta y para mañana jueves a las 12.00 horas se ha convocado una concentración silenciosa ante el consistorio como muestra de condolencia hacia la familia del menor, según le ha contado a Efe la alcaldesa, María Dolores Prósper.

Daniel y su familia son muy conocidos en La Puebla, entre otras razones por su compromiso con los servicios de voluntariado en eventos deportivos. Así al menos lo ha constatado la alcaldesa, quien ha lamentado que los parientes del joven están "destrozados" por este suceso.

En Isla Mayor, por su parte, también hay mucha pena por lo ocurrido. "Entre los vecinos hay conmoción porque es un pueblo tranquilo y apacible en el que sucesos como este no se habían dado nunca jamás", ha afirmado el alcalde, Juan Molero, en declaraciones a Europa Press. En esta localidad reside parte de la familia de la víctima.

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