El primer diagnóstico de los 235.000 árboles censados que existen en Sevilla (el plan director del arbolado urbano) establece, entre otras estrategias, que no se planten nuevos naranjos en la ciudad por el número excesivo de estos que hay y, sobre todo, por el riesgo que tiene esta especie de sufrir una plaga, como la que está entrando desde Galicia.

Los nuevos árboles que se planten en los alcorques vacíos serán diferentes al naranjo, con tamaño, floración, aporte al paisaje similar y resistencia a la sequía

Hay que ir metiendo nuevas especies porque si la plaga llega a los naranjos de Sevilla el efecto puede ser devastador. "Si tuviéramos un problema grave con los naranjos, como está sucediendo en otras ciudades, el problema sería devastador porque dependemos en exceso de esta especie. Pero no nos planteamos ir a saco ni demonizarlo", comentaron este jueves el alcalde Juan Espadas y la directora de Tecnigral, Laura Mendiburu, la empresa que ha elaborado el plan director del arbolado.

En la actualidad, son naranjos el 25% de las especies de árboles de Sevilla (una cuarta parte) pese a ser una especie vulnerable a las plagas y a las enfermedades, según se desprende del plan director, que apunta a que los nuevos árboles que se planten en los miles de alcorques vacíos de la ciudad sean diferentes al naranjo, con tamaño, floración, aporte al paisaje similar y resistencia a la sequía. Hay una decena de especies que se proponen con estas características similares.

Los distritos donde abunda más el naranjo son Macarena, Nervión y Casco Antiguo. El objetivo es que a base de diversificar las especies que se planten el porcentaje actual de naranjos se vaya acercando al 10% recomendable.

El objetivo del plan es llegar a 300 especies distintas en la ciudad, de forma que en cada distrito haya 80 especies diferentes de arbolado viario y 110 en las zonas verdes.