Los necesarios asuntos internos
Unidades como la Gepol son precisas en cualquier cuerpo de seguridad para poder garantizar la honradez y legalidad dentro de la Policía
Las unidades de asuntos internos son un mal necesario en cualquier cuerpo de seguridad serio. Los policías o guardias civiles encuadrados en estas unidades no tienen, desde luego, un trabajo agradable. Se trata de denunciar o perseguir a sus compañeros, y eso siempre está mal visto por la mayoría. El trabajo de los de asuntos internos ha de ser fino, riguroso y pulcro, y no siempre ha sido así. Valga el ejemplo de la Policía Nacional durante el robo de la droga almacenada en la Jefatura, en el que se imputó a varios jefes de la Udyco cuyos expedientes se archivaron después en los tribunales.
En el caso de la Gepol, el trabajo de los tres policías locales que la componen se valorará en función de los resultados. Nadie duda del esfuerzo heroico que han hecho, ni de los sacrificios personales y el desgaste que ello conlleva. Pero sólo podrá decirse que su trabajo ha sido el adecuado si del medio centenar de imputados resultan condenados, o al menos expulsados del cuerpo, un amplio porcentaje de agentes.
De lo contrario, todo se quedaría en mera palabrería. Recuerden aquellas palabras del entonces jefe superior de Policía, Enrique Álvarez Riestra, y del ex delegado del Gobierno en Andalucía, Juan José López Garzón, tras la detención de Miguel Carcaño y sus presuntos cómplices. "Ha sido una investigación de libro", dijeron, pensando quizás que encontrarían el cuerpo de Marta del Castillo en el río horas después. Pero luego sólo dos de los detenidos resultaron condenados, el Cuco por encubrimiento, y Carcaño por el asesinato. Y porque había confesado antes el crimen.
Pero lo que no tiene discusión es la necesidad de una unidad de asuntos internos, llámese Gepol o como se quiera. Toda Policía ha de tener una unidad que acabe con los garbanzos negros y vele por la pureza y la honradez del cuerpo. Habrá quien argumente que la Gepol no es ese grupo ideal de policías que persiguen la corrupción con unos ideales inquebrantables, e incluso sacarán alguna multa de tráfico retirada a uno de sus componentes. Pero esta unidad tiene firmes apoyos fuera del cuerpo.
El Defensor del Ciudadano, José Barranca, ha sido una de las voces defensoras de este grupo de policías, del que dijo que "le da lustre al cuerpo" y "cuyo trabajo molesta al sindicato". El Sppme, sindicato mayoritario en la Policía Local, ha tratado de demostrar que la Gepol es una unidad ilegal porque no figura en la Relación de Puestos de Trabajo (RPT), es decir, en el organigrama del cuerpo. Como otras muchas, por cierto.
El trabajo de la Gepol ha sido avalado por la Audiencia de Sevilla y por la Fiscalía, lo que llevó al Sppme a recurrir al argumento de que la Policía Local estaba siendo víctima de una campaña de imagen por parte de varios medios de comunicación, éste incluido. Que lo haga el sindicato es lícito, aunque quizás habría que preguntarse por qué hay 53 imputados en vez de acusar a la prensa de los males del cuerpo.
Pero lo que no se entiende es que lo haga el gobierno. El delegado de Movilidad y Seguridad, Juan Carlos Cabrera, y el mismo alcalde, Juan Espadas, han rehuido una y otra vez las preguntas sobre el presunto amaño de las oposiciones de la Policía Local. Alegan que es un problema heredado, pero no han tenido valentía para tomar decisiones en cuanto fueron procesados los agentes y el entonces jefe del cuerpo, el superintendente Juan José García. Incluso se plantearon eliminar la Gepol, una medida que el juez del caso de las oposiciones tuvo que paralizar.
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