SEÍSMO
Andalucía activa la fase de preemergencia tras el terremoto sentido en Sevilla

La Policía investiga la muerte de un matrimonio en un piso del barrio sevillano de Rochelambert

Los agentes hallaron los cadáveres anoche gracias a la llamada de unos vecinos que llevaban días sin verlos

Los cuerpos estaban en la cama y sin que hubiera aparentemente signos de violencia

Detenido en Sevilla el ex policía maltratador Manuel Lebrón con una táser y dos cuchillos

This browser does not support the video element.

Hallan muerto a un matrimonio en su piso de Sevilla / Antonio Pizarro

La Policía Nacional está investigando las muertes de dos personas, cuyos cadáveres fueron encontrados anoche en un piso del barrio de Rochelambert, en Sevilla capital. Los fallecidos son Antonio G. L., de 69 años, y Manuela B. B., que precisamente este viernes habría cumplido 63 años. Ambos eran marido y mujer y residían desde hace años en la vivienda en la que fueron hallados sin vida, en la calle Puerto de la Mora.

El hallazgo se produjo anoche, después de que los vecinos llevaran varios días echando en falta al matrimonio. Una de las mujeres que más se ha preocupado al no verlos durante la última semana explicó a este periódico que hace unos días la mujer se había caído en su casa y tuvo que ser ayudada por otro vecino. Al no tener noticias de ella, pensó que podía haber sido trasladada al hospital y estar ingresada. "He estado llamando estos días al Virgen del Rocío, pero como no soy familiar directo, no me han querido dar información".

Durante varios días llamó tanto por teléfono como al porterillo y al timbre de la puerta, sin respuesta. Esta mujer expresó su preocupación a otra vecina que trabaja en Lipasam, que fue la que anoche decidió avisar a la Policía Nacional, al continuar sin noticias del matrimonio. Fue el hijo del casero el que acudió con una llave para abrir la puerta a los agentes de la Policía, por lo que no fue necesario que acudieran los bomberos a forzar la entrada.

Policías y vecinos, en la puerta del bloque. / Antonio Pizarro

Cuando accedieron los agentes, éstos se encontraron al matrimonio sin vida. Los dos cuerpos se encontraban en la cama y, aparentemente, no había señales de violencia. Los cadáveres no presentaban signos de haber sufrido una muerte violenta, ni tampoco había en la casa indicios de que hubiera sido forzada o de que hubiera habido en ella alguna pelea o lucha. Todo estaba aparentemente en su sitio y no faltaba nada.

Los agentes de la Policía Nacional que descubrieron los cuerpos actuaron según el protocolo habitual para estos casos. Comunicaron el hallazgo a la sala del 091, que comisionó al Grupo de Homicidios y a la Policía Científica. Los agentes de ambas unidades practicaron una primera inspección ocular, tanto de los cuerpos como del lugar en el que se encontraron, en busca de algún indicio que pueda esclarecer lo ocurrido. Por el momento, hay varias hipótesis abiertas, si bien todo apunta a que no fueron muertes violentas. Todo lo demás, ahora mismo, sería especular demasiado.

También acudió al lugar la comisión judicial, que ordenó el levantamiento de los cadáveres pasadas la una de la mañana. Ambos cuerpos fueron recogidos por los servicios funerarios del Tanatorio Nervión, que los trasladó al Instituto de Medicina Legal de Sevilla. En las próximas horas se les practicarán las autopsias, pruebas que resultarán determinantes para averiguar cómo murieron y cuál fue la secuencia de las muertes.

La puerta del edificio donde fueron encontrados los cuerpos. / Antonio Pizarro

Los vecinos aseguran que Manuela sufría desde hace más de un año y medio una severa depresión, que estaba extremadamente delgada y sometida a un fuerte tratamiento psiquiátrico. "Era él quien se encargaba de cuidarla", dicen del marido, un hombre de complexión gruesa que era bastante conocido en el barrio. La pareja llevaba unos años residiendo en este piso, pero antes había vivido en otros del mismo barrio. Tenían un hijo con una discapacidad, que falleció hace tiempo.

Sobre la pasada medianoche, un grupo de vecinos permanecía en la puerta del número 14 de la calle Puerto de la Mora, donde sólo un patrullero de la Policía Nacional aparcado en doble fila y con los indicativos luminosos encendidos hacía sospechar de que algo anómalo había ocurrido en el edificio. Poco después llegó el furgón del tanatorio, que aparcó junto a la puerta, en la acera, para acortar así todo lo posible el recorrido a pie con los restos mortales del matrimonio. Los residentes conversaban con los policías de uniforme que custodiaban la entrada del edificio, mientras que los agentes de paisano entraban y salían de la vivienda, con mascarillas para protegerse del fuerte olor a descomposición que salía de la misma.

Todo apunta a que los cadáveres llevaban varios días en el piso. Un familiar lejano también estuvo en la puerta del bloque. El matrimonio tenía un perro, cuyo futuro seguía siendo incierto cuando se levantaron los cadáveres. El piso debía quedar precintado y el animal no podía quedarse en el interior. Varios vecinos debatían qué hacer con el perro, en una de las noches más calurosas de lo que va de año, mientras los mosquitos no paraban de picar a quienes aguardaban en la calle Puerto de la Mora.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último