el crecimiento del sector

La sanidad privada gana terreno en Sevilla: casi 100.000 asegurados más en cinco años

Accesos a las Urgencias del Hospital Virgen del Rocío.

Accesos a las Urgencias del Hospital Virgen del Rocío. / José Ángel García

Uno de cada cuatro sevillanos tiene contratado un seguro de salud privado, según muestran los datos procedentes de las aseguradoras. Una cifra que no deja de crecer desde hace más de una década. En total, alrededor de 133.630 personas han contratado una póliza de salud privada en Sevilla entre 2011 y 2021, cerca del 70% (92.501) en los últimos cinco años. La pandemia no ha hecho más que aumentar el interés por este tipo de seguros. El principal argumento es la saturación de la sanidad pública.

Así lo corroboran los datos recogidos en el último informe de la Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras (Unespa), que agrupa a más del 95% del sector en nuestro país, y que refleja un aumento de quienes se decantan por este tipo de asistencia. El mismo destaca que el número de personas con pólizas privadas de salud ha crecido un 27% en una década. Si se tienen en cuenta los datos de crecimiento de la adherencia ciudadana a este tipo de asistencia a razón de la pandemia sanitaria del coronavirus, la estadística de Unespa refleja que 21.748 sevillanos han firmado una póliza privada entre 2020 y 2021. Un incremento anual que es superior al que ya se venía registrando, año tras año. 

Dos años y medio después del estallido del coronavirus, las esperas para coger una cita, las demoras para ser atendidos por teléfono o las largas colas vividas a las puertas de los centros de salud de aquellos que cansados de todo lo anterior decidían plantarse allí y esperar a ser atendidos, funcionan a la perfección como metáfora del deterioro de la Atención Primaria, ahogada por la demanda creciente y por la falta de médicos, así como de los problemas de una sanidad pública que sigue siendo muy bien valorada por los ciudadanos, pero a la que cada vez en mayor medida se le tensan las costuras y se le estiran las listas de espera. De forma paralela, un sector empresarial, el de la sanidad privada, va ganando cuota y presencia. Y Sevilla no escapa a esa tendencia.

En concreto, la provincia, con un 25,2% de asegurados se ha colocado por encima de la media nacional (24,4%) y figura entre las diez provincias con más penetración de este mercado. En números redondos, esto se traduce en 495. 121 asegurados. De este modo, si hasta 2015, Sevilla estaba por debajo de la media, el incremento de los asegurados seis años después les ha permitido entrar en el top ten. Así, ha pasado de contar con el 19,6% de asegurados entre el total de su población a superar el 25% en poco más de un lustro, con un aumento progresivo año a año. A nivel regional, la tendencia se repite en otras provincias. Especialmente significativo ha sido el caso de Málaga, que ha pasado de un 20% de asegurados al 28% en seis años.

Con estos porcentajes, Andalucía continúa como la tercera comunidad autónoma en números absolutos en cuanto a personas con tarjeta sanitaria privada, más de 1,8 millones de habitantes. No obstante, porcentualmente, con un 21,5% de población asegurada, está lejos de los datos de la Comunidad de Madrid, Ceuta y Baleares, en el podio nacional con uno de cada tres de sus habitantes. También hay porcentualmente más tarjetas sanitarias privadas en Melilla, Cataluña y País Vasco, en ese orden.

Hay más datos fundamentales que también ilustran este crecimiento. Uno de ellos muy vinculado a la situación actual que está atravesando la sanidad pública. Y es que, al mismo tiempo que la sanidad privada bate marcas en Andalucía con el mayor crecimiento en pólizas, la Junta también superó en 2021 el récord de derivaciones de pacientes de centros sanitarios públicos a centros sanitarios privados, tanto a nivel del número de pacientes como a nivel de gasto. En concreto, la realidad de las cifras señalan que el Servicio Andaluz de Salud (SAS) dedicó 113 millones más en la sanidad privada en 2021 que en 2018. La partida destinada a convenios y conciertos con los centros de salud privados ha aumentado de los 411 millones en 2018 a 524 millones en 2021, una diferencia que supone un 27,6% más en tres años. Esta partida incluye servicios asistenciales como diálisis, terapias respiratorias, pruebas diagnósticas y transporte sanitario, entre otros, y, además, el concierto directo con clínicas y centros privados.

Otro de los actores relevantes en juego lo muestra el Instituto Nacional de Estadística (INE), que analiza el gasto anual de los andaluces tanto en servicios médicos, aunque sin especificar el origen del gastos. En cualquier caso, su análisis no deja lugar a dudas: los andaluces gastan hoy 66 euros más al año en en esta materia respecto a 2016, pasando de los 345 euros de media anual a los 411 actuales. En cuanto al gasto por hogar asciende a los 1.058 euros. Es un 30% más que hace una década y un 15% superior al que se tenía hace un lustro.

La amenaza del copago

No obstante, no es oro todo lo que reluce. Mientras la sanidad privada crece y gana terreno entre la población, los profesionales que la ejercen también tiene su propia guerra abierta. Desde la asociación nacida en Sevilla, Unión Profesional de Médicos de Ejercicio Libre (Unipromel), su presidente, el oftalmólogo sevillano Ignacio Guerrero, anuncia un "otoño caliente" si no hay un acercamiento de las aseguradoras. "Creo que las compañías estarán obligadas a negociar este otoño si quieren evitar un grave conflicto y, sobre todo, una enorme pérdida de reputación y de confianza de los ciudadanos en el sector de los seguros", indica.

Añade Guerrero que las aseguradoras hacen gala de "excelencia y buenas prácticas" cuando "pagan al médico entre 5 y 15 euros por consulta que la Sanidad pública tiene valoradas entre 55 y 85 euros y que en el mercado privado oscilan entre los 80 y 150 euros". "Lo que pedimos es pasar de una media de 15 euros a unos 30 ó 35. No es razón para que no nos escuchen", insiste.

Por ello, Unipromel reclama "que se cumpla la legislación vigente en materia de competencia, libertad de elección, transparencia y derechos de los consumidores para que los pacientes conozcan todas las circunstancias que concurren en su prestación y figuren por escrito en un documento explicativo que informe del precio, del coste y del baremo que la compañía impone como honorarios y que realmente es la cobertura del riesgo que tienen contratado".

El malestar entre los médicos es creciente, ya que los baremos con los que las aseguradoras les retribuyen no han sido actualizados desde hace 32 años y provocan que los facultativos españoles sean los peor pagados de la Unión Europea.

Unipromel vislumbra que las aseguradoras se enfrentan a un otoño complicado debido al conflicto que se va a producir entre los legítimos derechos de las partes: el de las compañías en orden a obtener beneficios; el de los médicos a recibir unos honorarios dignos; y, finalmente, el de los pacientes a recibir una atención de calidad. "Esto no es un problema de médicos, es una cuestión de pacientes, que son los que pagan el deterioro del sector", apostilla Guerrero. "Si las compañías no mejoran sus baremos de coberturas será la libre relación entre médico y el paciente la que debe prevalecer, acordando si fuera necesario un copago de mutuo acuerdo que suplemente esa baja cobertura, una cantidad muy por debajo de los precios de costes de la Sanidad pública y de los precios privados, para que quede perfectamente demostrado que en ningún caso se pueda calificar como una imposición o como algo abusivo", añaden desde la asociación.

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