La Catedral de Sevilla recibió ayer a unos visitantes muy especiales. Donde se cruzan turistas de todos los confines, llegaban niños y niñas con atuendos colegiales. Un millar de alumnos de los colegios de la Merced de San José y de la calle san Vicente llegaron ayer hasta la parroquia del Sagrario, junto a la Catedral, para participar en la eucaristía del octavo centenario de la fundación de la Orden de la Merced. La fundó un comerciante catalán llamado Pedro Nolasco (1180-1256) que acompañó a Fernando III cuando entró con las tropas en Sevilla en 1248.
Turistas y transeúntes de la Avenida de la Constitución se sorprendían de esta fiesta paseante en una jornada lectiva que trasladó su actividad desde las aulas al corazón de la diócesis y de la ciudad. Carlos Coloma, director espiritual de las mercedarias de san José, ofició la misa con ese retablo presidido por el descendimiento de la Cruz con Nicodemo y San José de Arimatea.
El celebrante destacó en la homilía que ocho siglos después hay nuevas formas de esclavitud y de cautiverio como los campos de refugiados y los desheredados y perseguidos de toda condición. La orden de la Merced se crea el 17 de enero de 1218 y se fue extendiendo por todo el mundo. Hoy está presente en todos los continentes menos en Oceanía. Junto a este octavo centenario, la comunidad de religiosas de la Merced de San vicente celebran también los 450 años de su presencia en Sevilla desde 1642. El tiempo de Murillo, Valdés Leal y Martínez Montañés. De este convento matriz salieron diferentes comunidades en San José y diferente localidades de la provincia: Lora del Río, Marchena, Fuentes de Andalucía.
En días de llegadas de las carretas al Rocío, los alumnos de los colegios de la Merced recorrieron desde San Vicente el itinerario del Buen Fin y los de San José, junto a la plaza de las Mercedarias y la iglesia de las Salesas, el de la Candelaria. La parroquia del Sagrario estaba completamente llena de una feligresía infantil y adolescente que tuvo como recreo un paseo por el centro de la ciudad.
El Metrocentro pasaba por la Avenida, grupos de visitas recorrían los paneles expositivos de la Sevilla de Murillo y los ocho siglos de la orden Mercedaria recordaban el octavo centenario de la Giralda, alminar árabe y torre cristiana, faro de una orden que tuvo en el Estrecho de Gibraltar, como sigue ocurriendo en la actualidad, una de las principales zonas para el rescate de cautivos y prisioneros. Miguel de Cervantes fue uno de los beneficiarios de estos agentes de la liberación que siguen presentes en un mundo donde se le han cambiado los nombres a las cadenas y los grilletes pero siguen existiendo, cuanto más sutiles más nocivos y destructivos.
La celebración continuará. Al coincidir con el calendario escolar no se pudo completar con una convivencia del alumnado de San Vicente y el de San José, los dos puntos cardinales de la orden de la Merced en Sevilla. Cada colegio aportó su coro de voces e instrumentos musicales. San Pedro Nolasco volvió ayer no para liberar, sino para celebrar la existencia de quienes tienen presentes a los que nada tienen.
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