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Sevilla

El sistema de seguridad de la Giralda falla por primera vez en treinta años

  • Una mujer logra tirarse desde el campanario de la torre almohade, a 54 metros de altura, tras escalar por las rejas que sirven de protección.

El sistema instalado en 1985 en la Giralda para impedir suicidios falló este viernes por primera vez. Una mujer de 59 años consiguió quitarse la vida arrojándose al vacío desde el campanario, situado a una altura de 54 metros. Sobre las cuatro menos cuarto de la tarde, la franja horaria de menor afluencia de público en la Catedral, la mujer subió a la torre y llegó hasta el campanario. Una vez arriba, soltó el bolso en el suelo, se encaramó al pretil, trepó por los barrotes de hierro que conforman el sistema de protección y se coló en el reducido espacio que queda entre la reja y las campanas. Desde allí, la mujer saltó al vacío. 

La Policía Nacional recibió el aviso de un testigo de los hechos cuando vio que la mujer estaba a punto de saltar. Una patrulla del Grupo Hércules se dirigió a toda velocidad hacia la plaza Virgen de los Reyes, pero la mujer ya se había precipitado. Estaba tendida en el suelo en la calle Placentines, a escasos metros de la puerta de la Nave del Lagarto. 

Varias personas que se encontraban en la zona se percataron de la caída cuando escucharon el impacto del cuerpo sobre el suelo. Algunos testigos se encontraban en el restaurante El Giraldillo y aseguran que tras el impacto, y debido a la velocidad imprimida por la altura, el cuerpo llegó a rebotar casi dos metros. Este negoció prestó el mantel amarillo que cubría un velador para tapar las vallas que rodeaban el perímetro de seguridad del cadáver, impidiendo que éste quedara a la vista. 

Los cocheros de caballo de la calle Placentines tuvieron que abandonar la calle y desplazarse a la plaza Virgen de los Reyes. Regresaron a su parada habitual poco después de las cuatro y cuarto, no sin antes protagonizar ciertas trifulcas entre ellos por el orden que ocupaban. Las visitas a la Giralda se suspendieron inmediatamente. Hasta el lugar donde cayó el cuerpo se desplazaron el personal de mantenimiento de la Catedral y varios trabajadores en la organización de las visitas turísticas. 

Algunos guías turísticos intentaron acercarse, sin éxito, hasta la Puerta del Lagarto para saber qué ocurría con las visitas concertadas por la tarde. Cundió el descontrol y la desinformacion en esos momentos. Numerosos turistas que pasaban por la zona se quedaron sorprendidos al conocer los hechos. El servicio de emergencias sanitarias del 061 desplazó una UVI móvil, pero sólo pudo certificar la defunción. Minutos después apareció la Policía Científica para realizar una inspección ocular del cuerpo y del lugar en el que éste cayó. También acudió una dotación de la Policía Local. 

Los suicidios desde la Giralda eran bastante frecuentes hasta hace tres décadas, cuando se registraban uno o dos por año. Tras un riguroso estudio, el Cabildo Catedral decidió instalar un sistema de protección para prevenirlos. Como recogen las crónicas de la época, el Cabildo instaló los barrotes para que los suicidas no se convirtieran en homicidas matando a "inocentes" que pasaran bajo la torre. Se barajó la colocación de vidrios pero se optó por este sistema de rejas de hierro colocadas de manera oblicua para dificultar su escalada. 

El sistema ha funcionado durante treinta años. Para poder burlarlo se precisa una gran agilidad y destreza, ya que hay encaramarse al pretil, escalar en vertical y salvar un tramo final con un grado de inclinación pronunciado hacia el interior, lo que obliga a adoptar la postura del gateo. En total hay que trepar hasta una altura de dos metros y medio para franquearlo. Además, la zona está vigilada por cámaras de vídeo. 

La última persona que se quitó la vida en el alminar fue una mujer de 52 años que se arrojó al vacío precisamente un 16 de enero, si bien del año 1979. Al igual que la suicida de este viernes, la mujer dejó el bolso en el campanario y saltó al vacío. Cayó sobre las gradas de la Catedral en la calle Placentines.

La suicida sufrió una tragedia familiar

La mujer de 59 años que se arrojó ayer al vacío desde el campanario de la Giralda sufrió una tragedia familiar hace aproximadamente año y medio. La suicida responde a las iniciales M. C. C. B. y es natural de Sevilla, si bien residía en Alcalá de Guadaíra y estuvo muchos años viviendo en Cádiz. Fue allí donde, el verano de 2013, presenció como su marido mató a su hija de 12 años y se quitó después la vida. Ocurrió la mañana del 26 de agosto de 2013 en la residencia familiar de la avenida de Portugal, en Cádiz. El marido de esta mujer, un psicólogo militar de 56 años, ya retirado del Ejército, mató a su hija de un disparo en la cabeza y luego se quitó la vida. Todo ello ocurrió con su esposa, de la que estaba en ese momento en trámites de separación, como testigo. Fue ella quien avisó al 061 y a la Policía de lo ocurrido.

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