El insólito ataque al Señor se produce justo después de que la hermandad haya realizado un esfuerzo sin precedentes por aumentar la seguridad del Señor de Sevilla, pero se da la circunstancia de que las medidas puestas en vigor están concebidas para el horario nocturno. El blindaje está proyectado para evitar las consecuencias de un fuego o un fuerte movimiento de tierra, pero no para repeler la agresión directa y repetina de un indivudo. Precisamente en los últimos años, las hermandades con imágenes de honda devoción entre el pueblo han invertido dinero en su protección, sobre todo con el recuerdo histórico del fuego que afectó al Cristo de la Expiración, titular de la Hermandad del Cachorro. La Macarena, el Cachorro, la Amargura y la Esperanza de Triana, además del Gran Poder, disponen de férreos mecanismos de seguridad consisetentes en telones cortafuegos que mantienen a las imágenes absolutamente aisladas durante un período de tiempo más que suficiente, pero todos se activan cuando el templo está cerrado. Tanto el telón cortafuegos como las puertas de acceso al camarín del Señor del Gran Poder se hallan conectadas al sistema de detección de incendios para que en caso de declararse un fuego se puedan cerrar automáticamente en cualquier momento.

La basílica del Gran Poder está vigilada por un total de 16 videocámaras desde hace año y medio. Gracias a este novedoso sistema de seguridad se dispone de la secuencia exacta de los hechos. Los agentes de la Policía Científica y los miembros de la junta de gobierno de la hermandad pudieron ver la cinta en el monitor instalado en la sacristía. Con motivo de la obra de reforma para blindar el camarín del Señor se aprovechó para instalar un sistema de seguridad integral en el templo. Se trata de un programa de vídeo digital que permite un barrido de imágenes mediante la colocación estratégica de hasta 16 cámaras para vigilar el espacio de la basílica propiamente dicho, el camarín del Señor y los recorrido anexos. Este alto número de cámaras permitiría a la hermandad tener vigiladas otras dependencias si se estimara oportuno. El sistema digital permite la reproducción en vídeo y el archivo de imágenes. Presenta prestaciones como la definición del tipo de incidencia grabada que se quiere buscar para que el sistema se encargue de localizarla y reproducirla con precisión digital.

Esta gran obra de reforma tuvo un coste superior a los 400.000 euros, sufragados por las aportaciones de los hermanos y gracias a una subvención municipal menor obtenida para la adptación de los accesos para minusválidos. La mitad del presupuesto se destinó al refuerzo de la seguridad del camarín del Señor para casos de catástrofe imprevisibles.

La obra de blindaje del camarín fue exigida por los autores de la última restauración del Señor, los hermanos Cruz Solís, para garantizar una correcta conservación de la imagen y evitar un nuevo ennegrecimiento. Una de sus principales prestaciones es que permite que el entorno de la sagrada imagen esté siempre a 24 grados centígrados y con un porcentaje de humedad del 45%. Se evita así el efecto chimenea que el propio ábside -por su diseño- crea sobre el espacio de la basílica, de forma que se impida el paso del humo desde el exterior hasta el interior. Para cumplir este requisito se ha habilitado un sistema de climatización y estabilizador de humedad y temperatura y otro de cortinas de aire. La misma obra se aprovechó para construir un nuevo columbario en la basílica tendrá con capacidad para 700 depósitos y una fosa común para el depósito de cenizas. El acceso a esta dependencia se realiza a través de la capilla del sagrario. El coro de la basílica ha sido ampliado para que pueda acoger un órgano barroco del año 1789 que ha sido donado a la hermandad y que sigue pendiente de ser instalado.

Para la ejecución de estas importantes obras, la junta de gobierno apostó por trasladar durante más de seis meses las imágenes (El Gran Poder y la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso) al cercano convento de Santa Rosalía, donde recibieron culto durante todo ese período. Los traslados fueron públicos y en el caso del de regreso contaron con una participación masiva de fieles. La basílica estuvo cerrada al culto todo ese tiempo.