Sevilla

Un 'tour' para descubrir el interior de Amazon

Cintas transportadoras y cajas para empaquetar los artículos.

Cintas transportadoras y cajas para empaquetar los artículos. / Antonio Pizarro

¿Quién no se ha preguntado más de una vez cómo llega un paquete de la cesta de Amazon a la puerta de tu casa en 24 horas? La magia empieza en los centros logísticos como el que la multinacional abrió hace un año en Dos Hermanas, una enorme instalación levantada en el polígono Megapark de  Dos Hermanas que ocupa, sólo el edificio, la superficie equivalente a 26 campos de fútbol. Y que, con un año de demora por la Covid, muestra al público las claves de ese misterio de ese Amazon con la voluntad, más adelante, de poder abrir sus puertas al público en general, como ya se ha hecho antes de la pandemia en otros almacenes.

Al traspasar la puerta la sensación es la de entrar en una especie de meccano gigante y robotizado donde la actividad es continua durante las 24 horas, repartidas en tres turnos de trabajo. La guía es Geraldine Leiros, la directora del centro. Ya desde la recepción llama la atención el nombre y el logo del centro logístico, una flamenca y el código SVQ1, pues estas instalaciones de Amazon toman el nombre del aeropuerto internacional más  cercano. Pero también la filosofía de la empresa con rincones destinados a la sostenibilidad, donde se recogen propuestas para reducir la huella de carbono; y a la responsabilidad social corporativa, con un mural donde se reflejan las donaciones que la empresa hace a entidades como la Asociación de Síndrome de Down de Sevilla; así como actividades  en las zonas de descanso del personal de una empresa que presume de haber sido reconocida con la certificación Top Employer 2021 que avala la calidad del entorno de trabajo y los programas que se ofrecen a la plantilla que, según Amazon, superará los mil empleos fijos en tres años.

El sorprendente viaje del paquete comienza en la zona de recepción, donde se inicia el proceso y donde ya se observa la mezcla de tecnología, informática y personas. La logística de Amazon no sólo permite vender productos propios, también de otros proveedores, pero todos los artículos se guardan en el mismo centro, donde continuamente está llegando mercancía, que va subiendo a una cinta transportadora (el proceso total realiza un recorrido de 12 kilómetros). Allí los trabajadores recogen esos artículos y escanean un código de barras que permitirá identificarlo y luego los introducen en una caja negra en la que siguen su recorrido. Todos los productos que se reciben y distribuyen desde el centro de logística tienen un tamaño reducido que le permite entrar en el contenedor. Los bultos  mayores siguen otro viaje.

La siguiente parada está en la zona de almacenaje. Lo particular de este proceso, al tratarse de un centro robotizado, es que son las estanterías las que se mueven a través de guías dibujadas en el suelo y llegan hasta el operario que, siguiendo una luz proyectada, sabe en qué casillero y lugar debe depositar los artículos que va sacando de la caja negra para su almacenaje. Tras el escaneo de su código, se coloca en una estantería y se registra también su ubicación para que su localización sea fácil. Los robots, como si de una aspiradora rumba se tratasen, van moviendo estanterías de varios metros donde se mezclan artículos siguiendo un sistema que la empresa denomina caos organizado, así los productos más vendidos se reparten en todos los niveles y su localización es más rápida entre todo ese inventario, que es el que está disponible físicamente en el centro y desde ese momento en la web .

Este proceso de almacenamiento se realiza de manera casi automática, con movimientos rápidos y siguiendo luces y códigos, para lo que la plantilla es instruida especialmente por coach, que van recomendando además la rotación del empleado en distintos puestos.  Entre toda la tecnología que se puede ver en la planta destaca un brazo robótico, un paletizador que ayuda a mover las cargas pesadas.

El tercer paso se produce cuando el cliente hace clic en la página. De inmediato, los robots localizan esa mercancía, la buscan y acercan a la estación de trabajo donde otro operario observa en una pantalla toda la información, puede extraer de la estantería el producto y lo coloca en un contenedor donde se van recogiendo las  compras que llegan hasta la siguiente zona, empaquetado.

Justo al lado se observa el centro de control de toda la operativa que hay en ese momento en la instalación y cuya misión es que el proceso sea seguro y rápido para cumplir con el compromiso con el cliente.

En la zona de empaquetado se dividen los artículos como simples o múltiples. Primero el operario escanea el artículo en el sistema que le dirá qué tamaño de caja debe usar. Si ha recibido alguna vez un producto pequeño en una caja enorme es un fallo del sistema. La intención es optimiza el material. La mercancía se mete en la caja con papel para amortiguar el movimiento y se pone una cinta para cerrarla. 

El paquete pasa entonces a la zona de etiquetado.  La caja lleva sólo un pequeño código de barras blanco que otro robot escanea para verificar si el contenido y el peso son los adecuados. Si no hay error, el sistema ya sabe qué etiqueta postal debe poner y ésta se coloca con aire a presión y sin que la cinta se detenga.

A partir de aquí las cajas se clasifican por tamaños y siguen su recorrido en la transportadora. El proceso llega a su final cuando los paquetes se ordenan se escanean y se envían a los camiones que se encargarán de distribuirlos. Este sistema también es particular. En el centro logístico culmina la primera milla, tras recibir los productos y prepararlos para su envío. La media milla consiste en el transporte de los paquetes entre centro de Amazon. En España hay otro centros logísticos, pero también dos de distribución y 19 estaciones logísticas (en Sevilla hay una en el Puerto y otra en Alcalá de Guadaíra) que es donde el producto recorre la última milla y se entrega a  colaboradores locales, empresas de transporte, que llevan el paquete a los domicilios.

No más magia que la de un sistema de trabajo de una compañía que ha invertido en España 6.800 millones de euros desde que empezó con su red de operaciones en 2012.

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