La unidad puntera de la Policía Local de Sevilla se queda sin medios
Las tablets con las que trabajaban los agentes del equipo de investigación de accidentes de tráfico se han averiado y no se reponen
Los informes se han de hacer a mano, con los consiguientes retraso y sobrecarga
La Oficina de Gestión de Atestados (OGA) de la Policía Local de Sevilla es la unidad puntera de este cuerpo. O al menos la que debería serlo. Es el equipo de policías encargados de investigar los accidentes de tráfico que se producen en la ciudad, determinar qué conductor tiene la responsabilidad en cada uno de ellos y realizar informes periciales de aquellos accidentes graves con heridos y/o fallecidos.
Su labor es clave para esclarecer los siniestros y, de lo que ellos hagan, dependerán después resoluciones judiciales, condenas en caso de accidentes provocados por conductores ebrios o drogados o que excedían con mucho la velocidad permitida para la vía e indemnizaciones de las compañías aseguradoras para los conductores perjudicados en algún choque. Es la unidad que ha investigado asuntos como el accidente del autobús de Tussam en la Plaza del Duque en diciembre de 2019, que provocó heridas a diez personas; otro accidente reciente de un autobús en Ponce de León con una adolescente herida grave; o el atropello de la Ronda del Tamarguillo con un fallecido, por citar algunos de los más recientes.
Desde hace unos años, los agentes de la OGA trabajan con tablets para confeccionar los atestados de los accidentes sobre la marcha. Estos dispositivos están conectados con la base de datos de la Dirección General de Tráfico y permiten adelantar mucho el trabajo, ya que simplemente introduciendo una matrícula aparecen todos los datos del vehículo y su propietario. No hay que ir metiéndolos manualmente. Además, la aplicación con la que se trabaja permite adelantar mucho trabajo en el momento en que se tenga controlada la mecánica de la misma. También se pueden hacer fotos del accidente in situ y volcarlas en el atestado si fuera necesario.
El problema es que, tras años a pleno rendimiento, las tablets llevan un tiempo fallando. Los equipos han resistido bastante bien durante años trabajando durante las 24 horas del día, y teniendo en cuenta que ni siquiera tenían fundas. Pero hace tiempo que empezaron a tener problemas con la batería. Actualmente sólo queda un dispositivo activo y el resto está fuera de servicio.
La Jefatura ha tratado de poner en marcha una solución de emergencia instalando la aplicación que utiliza la unidad en tres ordenadores. Puede ser un arreglo temporal, pero se producen fallos con frecuencia porque la aplicación no está diseñada para un ordenador. Incluso se producen disfunciones, pues hay algunas letras que no se pueden poner. Además, los agentes se ven obligados a esperar a que sus compañeros que están usando los equipos los dejen libres, y se forman colas en la oficina para poder acceder a la tablet o a alguno de los ordenadores.
Hace unas semanas, la Jefatura publicó una serie de "indicaciones pertinentes en tanto se soluciona el problema de la carencia de tablets para el registro de siniestros viales". En esa comunicación, se pedía a los policías que evitaran sacar las dos tablets (quedaba todavía una más en funcionamiento) a la calle "para garantizar su conservación". En las instrucciones se explicaba a los policías que debían acudir a los accidentes con unos trípticos para tomar los datos a mano y se recordaba la importancia de recabar los teléfonos de contacto y correo electrónico de los implicados.
La consecuencia de estas averías es que los informes se están confeccionando a mano, con el consiguiente retraso a la hora de poder elaborar el atestado. Es decir, el policía tiene que tomar todos los datos de los vehículos y conductores implicados en un accidente y apuntarlos manualmente en una libreta, como se hacía antiguamente. Luego tiene que volcar todos esos datos en el ordenador. Esto se traduce en una demora importante, a veces de varios días.
En la práctica lo que está ocurriendo es que muchos accidentes de tráfico están siendo derivados desde la OGA a las unidades de distrito, dado el retraso que existe en el equipo encargado de investigar los siniestros por la falta de medios. Los policías de los distritos están tardando más todavía en la confección de los informes, puesto que no tienen la destreza que sus compañeros han adquirido tras años realizando este tipo de trabajo.
De esta forma, se resta mucho personal del servicio en la calle y de las patrullas para poder encargarse de la gestión de los accidentes por la sobrecarga que tiene la OGA. La falta de medios tecnológicos en el equipo de investigación de siniestros influye así directamente en la merma de policías en las calles.
Además de estos problemas, la OGA cuenta con otras carencias de serie. No existe en la unidad una cámara fotográfica, por ejemplo, con lo cual los policías no pueden hacer fotos técnicas de los accidentes. Tampoco hay en las dependencias una impresora en color y no es raro ver a los agentes de la OGA acudiendo a una copistería cercana a la Jefatura de la Policía Local, a la que van con mucha frecuencia para poder imprimir documentos en color.
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