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polígono sur | la evolución del mercado de los estupefacientes

3.000 viviendas: Los clanes de la droga emigran

  • Varias familias históricas se han marchado del Polígono Sur y establecido en otros barrios

  • Los Pajaritos supera ya a las Tres Mil como zona de mayor venta

Hace aproximadamente un año, el Gobierno admitía que existía una guerra de clanes en el Polígono Sur por el control del negocio de la droga. Lo hacía en una respuesta a la senadora de Podemos Maribel Mora. Aunque no entraba en detalles, se refería a la decadencia de los clanes históricos dedicados al narcotráfico y al vacío de poder que se había generado en el barrio, que varios grupúsculos o microclanes intentaban aprovechar para ganar peso y controlar un mayor territorio. Aquella situación derivó en numerosos tiroteos y enfrentamientos con armas de fuego, la mayoría de las ocasiones simples advertencias o exhibiciones de fuerza que se saldaron sin personas heridas. A pesar de ello, los clanes sacaban músculo mostrando armas de guerra, como fusiles Kalashnikov.

Hoy la situación ha evolucionado. Muchos de los señores de la droga del Polígono Sur se han marchado a otros barrios de la ciudad y del extrarradio. Esto no quiere decir que se haya acabado el problema de la droga en el barrio, donde se sigue vendiendo a diario, pero sí puede decirse que no es ya la zona con más puntos de venta en la ciudad. Los Pajaritos, que le adelantó hace dos años como el barrio más pobre de España, ha superado al Polígono Sur también como el supermercado de la droga de Sevilla. De hecho, varios traficantes conocidos de las Tres Mil se han instalado en esta otra zona de la ciudad.

El Gordo, el Petaca y el Piojo son los líderes de algunos de estos clanes. De momento, estas familias llegadas de fuera conviven con las organizaciones autóctonas de Los Pajaritos, donde las Fuerzas de Seguridad calculan que hay ya alrededor de medio centenar de puntos de venta activos, pero ya ha habido roces entre ellos.

Pajaritos, Torreblancay Su Eminencia ha sido el destino de varias organizaciones

Otros grupos han salido de las Tres Mil en dirección a otros barrios cercanos, como Su Eminencia y Amate. En este último hubo hace un año una explosión en la que murió un joven y otros tres resultaron heridos cuando elaboraban aceite de marihuana en un laboratorio casero, ubicado en una vivienda de la calle Aguadulce. Entre los implicados en este suceso había miembros del clan de los Naranjeros, otra familia originaria de las Tres Mil Viviendas que se ha ido marchando a otras zonas de la ciudad. La matriarca del clan se ha instalado en Su Eminencia, donde otra conocida traficante del Polígono Sur ha establecido su base de operaciones.

Al vacío de poder en las Tres Mil y la consiguiente guerra de clanes han contribuido varios factores. Uno de ellos es la pérdida de peso de las familias que controlaban el negocio desde hace años, por distintos motivos. Uno de las organizaciones más fuertes en la última década era la de los Mariano, que ahora ha perdido mucho peso por la enfermedad incurable que padece el cabecilla, Francisco Salguero Bermúdez, alias Paquito, que fue excarcelado el año pasado por motivos humanitarios. Paquito fue detenido en junio de 2016 con dos kilos de heroína. Por este alijo aceptó una pena de seis años de cárcel, que no cumplirá por su grave enfermedad.

Otro de los clanes que controlaba el negocio era el de los Perla, venido a menos desde que sus miembros mataron por error a la niña de siete años Encarnación Silva Salguero. La muerte de esta pequeña provocó una verdadera revolución en las Tres Mil y los Perla tuvieron que huir del barrio. El tiroteo ocurrió el 21 de agosto de 2013 en la calle Orfebre Cayetano González, en una zona del Polígono Sur conocida como los Amarillos por el color de las fachadas de los bloques.

Los traficantes más poderosos del barrio están en busca y captura o enfermos

El caso se cerró con una condena de 14 años de prisión, otra de 11 años, ocho más de dos años, y una fuerte indemnización de 400.000 euros. En el juicio, diez de los 14 acusados reconocieron su participación en los hechos y otros cuatro lo negaron, lo que llevó a la Fiscalía a rebajar de manera importante las peticiones de condena para los procesados que incluso alcanzaban los 80 años de prisión. La condena más alta, la de 14 años, fue para Antonio Girón Molina, el Coleta, hombre fuerte del clan y marido de la matriarca, María del Carmen Barrera Hernández, la Perla. Ésta también tuvo que ingresar en prisión, ya que fue condenada a dos años y tiene antecedentes.

Quedaron en libertad algunos miembros del clan, pero las Tres Mil es coto vedado ya para ellos. Tras el asesinato de la niña, una multitud saqueó los pisos de los Perla, que tuvieron que marcharse a la carrera hasta ser detenidos en una casa de Calahonda, en la provincia de Málaga. Los que quedaron en libertad se instalaron en otras zonas de la ciudad, algunos estuvieron algún tiempo en Los Pajaritos, pero finalmente se han instalado en Torreblanca. Fuentes de la lucha contra el narcotráfico aseguraron a este periódico que cuentan ya con cierta infraestructura en este barrio, concretamente en la calle Pino. Otra conocida traficante de la zona, la Quintina, se ha establecido en el Polígono Norte.

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