Sevilla FC | Supercopa de Europa

Del Caribe al Danubio: 17.137 kilómetros por la pasión del Sevilla

  • Alberto Santiago relata su viaje desde Puerto Rico hasta Budapest: "Vine a Sevilla en 1981; me hice sevillista con Pintinho, Buyo, Álvarez, Francisco, Ramón, Serna, Moisés..."

  • Horas antes de volar recibió el test PCR: "Si hubiese salido positivo todo el viaje se va al traste"

  • Munir, la Supercopa y el paralelismo con Gudelj en la Europa League

Alberto Santiago, en la sala de embarque del aeropuerto de San Juan, Puerto Rico.

Alberto Santiago, en la sala de embarque del aeropuerto de San Juan, Puerto Rico. / M. G.

Alberto Santiago (Bayamón, 19-09-1974) es puertorriqueño, de cuna, de sangre. Allí vive, en la segunda ciudad de la isla caribeña. Pero tiene un vínculo especial con el Sevilla, el que se impregna para siempre en la niñez. Ayer mismo, horas antes de iniciar una nueva y loca aventura por su Sevilla, conoció que el test PCR era negativo. "Si hubiese salido positivo todo el viaje se va al traste". Va a recorrer 17.137 kilómetros por medio espacio áreo mundial. La ida es más corta, 7.535 kilómetros de San Juan a Miami (1.660 kilómetros), de Miami a Londres (4.425 km) y de Londres a Budapest (1.450 km). "Si junto todo son casi 30 horas". Y luego 9.602 kilómetros de vuelta desde Hungría pasando por Amsterdam y Nueva York hasta San Juan, ya cerquita de su Bayamón natal. "La escala en Londres ya es una locura, estaré ocho o nueve horas y me dejarán estar en tránsito, pero ya tengo experiencia en dormir en sillines del aeropuerto".

Y tanto que tiene experiencia. Eindhoven, Glasgow, Turín, Basilea... Va a vivir, Dios mediante, otra aventura homérica, del Caribe al Danubio, en pos de una final desde que partiera ayer a las 20:00, las 14:00 en Puerto Rico. Le quedaban horas de vuelo y de escalas. Todo lo justifica su pasión por el Sevilla, que empezó a crecer en él cuando llegó a España con 6 años.

El hincha de Bayamón, antes de iniciar su odisea por la Supercopa. El hincha de Bayamón, antes de iniciar su odisea por la Supercopa.

El hincha de Bayamón, antes de iniciar su odisea por la Supercopa. / M.G.

"Mi padre falleció cuando yo era pequeño y mi madre se casó con un español. Nos movimos a Sevilla. Llegamos en 1981 y toda mi infancia la viví en Sevilla. Regresé ya siendo adolescente a Puerto Rico, con 15 años. Viví en la Macarena y en la calle Sinaí, en Nervión. Y desde que llegué a Sevilla me hice sevillista. Conocí el fútbol por el Sevilla, ya que en mi tierra los deportes con más tradición son el baloncesto, el béisbol, el boxeo… Entonces el Sevilla no tenía nada que ver con el de ahora...", dice el presidente del Bayamón F.C, un sevillista ochentero. Eso es alcurnia.

"Mi primer recuerdo del Sánchez-Pizjuán fue un partido con el Espanyol, ganó el Sevilla 2-1. Estaba el camerunés aquel, N'Kono, de portero. Era el Sevilla de Pintinho, los Álvarez, Buyo, Moisés, Ramón, Francisco, Serna, que por cierto era vecino mío, yo vivía en el Residencial Oriente... Fui socio del Sevilla en los 80 y ahora soy socio pero sin asiento, con carné rojo, que puedes solicitar entradas. Y gracias a ello he logrado una para Budapest", relata, haciendo un inciso: gracias al carné rojo y a la Embajada húngara en Washington. "No me dejaban viajar por el Covid-19, pero me trataron muy gentilmente y, viendo que tenía todo en regla, me dieron permiso".

Alberto Santiago regresó con 15 años a su Puerto Rico natal. "A finales de los 90 contacté, ya con internet, con amigos con los que me había criado en Sevilla. Y en 2002 volví y vi tres partidos. El primero fue el derbi aquel de las bengalas en el Villamarín. Luego regresé en el 2004, invitado por el club, ya que conocieron que yo había fundado el Bayamón F.C. y diseñé su escudo con la forma del escudo del Sevilla".

Aquel Sevilla de los ochenta y de principios del siglo XXI no tiene nada que ver con el de ahora. "Ya en esta época reciente he vivido muchas experiencias bonitas con el Sevilla: pude estar ante el Schalke, aquel jueves de Feria, en Eindhoven, en Glasgow, Turín, Basilea… Siempre que puedo me tiro estas aventuras transatlánticas. Algunas sencillas y otras complicadas como la de Budapest", relata. Porque viajó a España para ver el derbi y el Sevilla-Roma, pero... "Reventó esto de la pandemia. Puerto Rico es de Estados Unidos y el Gobierno prohibió los viajes de Europa para allá y me tuve que volver antes de tiempo. Pero cuando vi que la UEFA abría la Supercopa a aficionados no me lo pensé".

Escudo del Bayamón F.C. Escudo del Bayamón F.C.

Escudo del Bayamón F.C.

Ahora, tras kilómetros de vuelo, horas de gestión, llamadas a consulados y embajadas, espera repetir lo de 2006. "Eindhoven fue la mejor, inclusive a nivel de viaje es lo más loco que he hecho en mi vida. Conseguir una entrada era imposible". Las encontró por internet y se las compró a un holandés. "No me quiero ni acordar del precio. Le dije que me las diera en Holanda. Tuve que enlazar vuelos con trenes y en Rotterdam quedé con él, me dijo que estaba loco".

Para la vuelta, se encontró el colapso de vuelos, hasta que logró un París-Sevilla. "Cuando llegué a Sevilla, el equipo estaba llegando. Vaya jaleo enorme. Fue de locos. Experiencias he tenido, pero como aquella, ninguna", dice este caribeño que viajará al corazón de la vieja Europa por una pasión infantil. Pintinho, Francisco, Ramón...

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