Cádiz - Sevilla FC

El partido que no quería jugar nadie

Rakitic, en un rondo con Gudelj e Iván Romero, tres de los hombres que apuntan al once titular.

Rakitic, en un rondo con Gudelj e Iván Romero, tres de los hombres que apuntan al once titular. / Antonio Pizarro

Se cierra, literalmente, la primera vuelta con el último partido de la jornada decimonovena, un Cádiz-Sevilla que nadie quiere jugar y que abre el año en ambas aceras con la mirada puestas en los positivos en Covid-19. Como una especie de coletazo incómodo de la pandemia, el primer partido de 2022 llega subido en la ola de la variante ómicron, que está dejando decenas de positivos en todos los equipos profesionales, obligados como están a realizarse los test para entrenar y unirse a la dinámica de la competición. Era esperable algún caso, como cada vez que hay receso competitivo por la diáspora de los profesionales. Pero ha sido una auténtica ola de positivos, al coincidir el parón navideño con la altísima incidencia de contagios, afortunadamente la mayoría asintomáticos y en el caso del fútbol de élite prácticamente todos sin mostrar síntomas de la enfermedad. Ojalá, ojalá que sea una evidencia de que la pandemia va remitiendo...

En lo estrictamente deportivo esos positivos, por muy asintomáticos que sean los protagonistas, dejan un contexto de completa incertidumbre. Y la consecuente queja amarga de los entrenadores. Son muchos los que se han quejado de que el fútbol de LaLiga siga su ritmo a pesar de las condiciones en las que los equipos profesionales están teniendo que abordar la ola más concentrada de positivos desde el inicio de la pandemia, como en un estertor del nefasto virus. Y entre los más quejumbrosos están Álvaro Cervera y Julen Lopetegui, dado que sus equipos son de los más afectados. Hasta hoy mismo ninguno de los dos sabrá a ciencia cierta con qué futbolistas cuenta. Y ambos esperan poder rellenar la convocatoria con algún alta médica tras la preceptiva cuarentena.

Cádiz-Sevilla. Cádiz-Sevilla.

Cádiz-Sevilla. / Infografía / E. F.

Con los dos técnicos haciendo recuento de disponibles entre lesionados y positivos, y cruzando los dedos para que no haya nuevos casos justo antes del encuentro, es difícil concretar incluso las convocatorias. Los dos esperarán hasta última hora para confeccionar no sólo los onces titulares, sino también las listas de disponibles. LaLiga sigue adelante sin mirar estas circunstancias: Show must go on, el espectáculo debe continuar aunque ninguno de los dos equipos presente las mejores circunstancias para dar un buen espectáculo, cambiado éste claramente por el concepto crematístico de un negocio en el que mandan las televisiones. Es la realidad de hogaño y es lo que denunció Lopetegui, en la idea de que jugar así le hace daño a la imagen de LaLiga, tan preocupada como está por el concepto de marca que quiere exportar.

Tanto el técnico amarillo como el blanquirrojo se han resignado a tener que estar entrenando la semana previa, siempre especial en estas fechas por estar inmersa en las fiestas navideñas, con apenas media plantilla. El Sevilla, al menos, tiene la esperanza de que algunos de los futbolistas cuyos positivos comunicó el primer día de entrenamientos, hayan superado el plazo de cuarentena y den un resultado negativo antes del encuentro que les permita ser de la partida. De no ser así, estamos hablando de siete bajas por positivos, más el reguero de lesiones que ya arrastraba la plantilla, a lo que hay que sumar el partido de suspensión que debe cumplir Koundé por su expulsión ante el Barcelona.

Así, el central es baja segura. También los lesionados de larga duración, Suso y Lamela, mientras que Jesús Navas debe esperar para su esperada reaparición, según dijo Lopetegui. Todo lo demás es jugar al acertijo en un partido que enfrenta a dos equipos en las antípodas de la Liga, el segundo contra el decimonoveno, con dos conceptos distintos de fútbol, el defensivo del Cádiz y el fútbol control del Sevilla. Será un partido raro, que hasta el árbitro dio positivo y hubo de ser relevado. Un partido que nadie quería jugar...

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