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Carlos Fernández: un caso para la reflexión

Carlos Fernández posa ya como jugador de la Real Sociedad, tras firmar por seis años y medio, hasta 2027.

Carlos Fernández posa ya como jugador de la Real Sociedad, tras firmar por seis años y medio, hasta 2027. / M.G.

¿Qué tiene que hacer un canterano para triunfar en el Sevilla? El caso de Carlos Fernández, traspasado ayer a la Real Sociedad por 10 millones de euros más dos en variables y el 20% de la plusvalía de un futuro traspaso a otro equipo, reabre el sempiterno debate sobre la cantera, tantas veces solapado tras los éxitos continuados y el crecimiento mantenido del club de Nervión. Pero Carlos representa un caso especial que invita a la reflexión. En el Sevilla actual no encontró acomodo, o no se lo dieron, por varios factores: el modelo de gestión le deja poco sitio a la cantera; y su perfil técnico no tuvo encaje en el sistema de Julen Lopetegui.

Carlos Fernández era una de las joyas de la cantera de la última década. Sevillista de cuna, con calidad en su zurda para conducir el balón, visión de juego, inteligencia... Se coronó en Vigo con el Sevilla juvenil de Agustín López Páez, ahora coordinador de la cantera, ganando la Copa de Campeones, en 2013, superando a delanteros consolidados en la Liga, como Iñaki Williams o Santi Mina. Fue artífice del ascenso a Segunda División del Sevilla Atlético, en 2016. Casi sube a Primera con el Deportivo en 2019. Y se consagró en la élite con el Granada la temporada pasada, con 14 goles (11 en Liga) y cuatro asistencias, ayudando a su primera clasificación europea en la historia.

Si se quedó en el Sevilla esta temporada fue porque Willian José no le dejó hueco en verano en la Real Sociedad. Él ya se quería ir, después de ver que su desempeño en La Coruña no sirvió para que el club apostara por él. Ahora hace las maletas, después de perder media temporada, por la ley inmisericorde del mercado. Mientras, el Sevilla tienta al Papu Gómez...

Es paradójico que el Sevilla traspase a Carlos Fernández (Castilleja de Guzmán, 22-05-1996) y esté tratando de fichar a Papu Gómez (Buenos Aires, 15-02-1988), que tendrá en breve nueve años más. Pero el argentino sí responde a lo que está demandando Lopetegui: un futbolista que tenga desborde y también manejo de la pelota como mediocampista. La sombra de Banega sigue siendo alargada...

Un año después de que Monchi apostara fuerte por En-Nesyri y Suso en enero, los resultados le dan otra vez la razón al director general deportivo del Sevilla. Ante esa nueva prueba de su acierto es difícil, por no decir imposible, ponerle un pero. Sin embargo, sí choca que el Sevilla presuma una y otra vez de cantera, con lemas en su ciudad deportiva como lugar donde se forjan campeones del mundo, y luego el crecimiento del equipo, la necesidad de ajustar la economía y de mantener el listón competitivo arriba, con un presupuesto inferior a los de los grandes potentados con los que se quiere medir, cercenan a la cantera.

Quizá, de forma también algo oportunista, haya quien compare la eclosión de Bryan Gil (19 años) en el Eibar con la hasta ahora decepcionante evolución de Idrissi (24 años, como Carlos Fernández). Pero el caso parece distinto. El Sevilla sí cree en el juvenil barbateño y no quería cortarle la progresión, después de la evidencia de que Lopetegui apenas lo usó en la primera vuelta de la pasada temporada, hasta el punto de cederlo al Leganés en enero. Con José Luis Mendilibar, en Ipurua, Bryan está teniendo un rendimiento continuado y ya lleva tres goles en 13 partidos de Liga –ayer marcó un golazo en el Celta-Eibar–, una continuidad que en el Sevilla no tendría, ante la preponderancia de Suso y Ocampos para las bandas, donde no halla sitio para mostrar sus virtudes Idrissi.

La casuística de los jóvenes emergentes que no tuvieron sitio es amplia, variada y matizable. A José Campaña, un Sevilla menos competitivo sí le dio ficha en el primer equipo, con Marcelino en el banquillo. Pero el jugador no cuajó y tardó en asentarse en ningún equipo después de recorrer media Europa entre cesiones y traspasos a bajo coste una vez desvinculado. Sólo en edad ya madura se asentó en el Levante.

A Luis Alberto, otro futbolista de enorme talento, también le costó forjarse un sitio en la élite, tras ser traspasado al Liverpool por 9 millones en 2013... el mismo año que Carlos Fernández ganó la Copa de Campeones juvenil. Fracasó en Anfield y sólo tras varios años triunfó en el Olímpico de Roma con la Lazio. No es momento de comparar casos, cada uno tiene sus matices... Pero viendo lo que ha hecho Carlos la pregunta inicial tiene cierta vigencia. Quizá sea oportunista. Y también invita a ella el Sevilla con su constante presumir de cantera...

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