Un jugador de contrastes como Reyes puede pasar de olvidado a "líder silencioso", definición dada por Míchel sobre un futbolista que ha vuelto a tomar el mando en el ataque sevillista y que demostró ante el Mallorca que puede tener un rol más decisivo en el esquema de este Sevilla.

Tras su retorno del Atlético de Madrid, la demanda al utrerano por parte de grada y cuerpo técnico fue mayor de la que logró responder sobre el terreno de juego, aunque el paso de las jornadas y la ocasional suplencia han variado su rendimiento.

"Ahora sabe cuando hace las cosas bien y cuando las hace mal". Las palabras de Míchel sobre uno de sus pilares fundamentales dejan clara la importancia del rigor moral en su juego y en la obtención del máximo rendimiento posible.

Ante el Mallorca fue al fin el que muchos esperaban. Capaz de tomar presencia en el campo cuando antes no lo hacía y capaz de aparecer cuando sus compañeros lo piden a gritos silenciosos. Llegó para ello y la propia afición del Sevilla agradeció su labor cuando supo que, esta vez sí, era el Reyes que todos querían.

Mientras, José María del Nido insiste en la posibilidad de que todos los futbolistas puedan dar un mayor nivel al exhibido en estas últimas jornadas. Claro guiño añadido hacia un Reyes que debe marcar las diferencias en este final de competición liguera para corroborar objetivos y sentirse parte importante del logro.

El esquema de Míchel tiene ahora un sitio para él. Los problemas físicos de Perotti y la mayor influencia de Manu del Moral cerca del área parecen garantizarle un lugar en la zona izquierda del ataque, aunque su movilidad siempre sea una garantía de peligro para su equipo. El "líder silencioso" de Míchel es la mejor noticia posible del Sevilla que ha logrado cambiar su dinámica para soñar con nuevos retos.