Sevilla FC | Entrevista

Papu Gómez: "Mejorando algunos detalles el Sevilla tiene muchísimo para dar"

  • Papu Gómez analiza el 2021 como "un gran cambio en su vida", mira esperanzado a 2022, con el Sevilla "candidato a ganar la Europa League" y cuestiona la industria del fútbol: "Un Mundial cada dos años le quitaría la magia"

  • "Hasta que me dé la gasolina voy a seguir pateando la pelota", promete

Papu Gómez esboza una sonrisa ante el túnel de vestuarios del Estadio Jesús Navas.

Papu Gómez esboza una sonrisa ante el túnel de vestuarios del Estadio Jesús Navas. / Sevilla FC

Alejandro Gómez Villaverde (Buenos Aires, 15-02-1988) ha vivido un año intenso, lleno de sensaciones y cambios… El Sevilla le abrió la puerta que se le cerraba en el Atalanta, cambió el norte de Italia por el sur de España y desde su protagonismo en el Ramón Sánchez-Pizjuán fue citado para jugar la Copa América con Argentina, que volvió a saborear el título después de casi tres décadas sin tocar plata. Criado en un ambiente muy futbolero, sobrino de un futbolista de Independiente de Avellaneda, Hugo Villaverde, y habiendo pasado por la cantera del archirrival Racing, vive con pasión su aventura sevillista en una ciudad que le recuerda mucho a Catania, en Sicilia. Su última gesta fue el gol al Barcelona.

–Tuvo una buena despedida del 2021…

–Sí, muy bien. Después de descansar el cuerpo y la mente, volvimos al trabajo, con muchas ganas de competir. Y en lo personal, también contento de haber vuelto al gol. Y ahora a preparar el partido con el Cádiz, queremos seguir arriba en la pelea y hay que ganar.

–¿Cómo ha sido el año 2021?

–Para el equipo fue un gran año. Hicimos el récord de puntos en la historia del Sevilla en Liga; terminamos el año segundos… Para mí fue un gran cambio de vida, una nueva ciudad, un nuevo país… Pero vine a un gran equipo, una hermosa ciudad, un país maravilloso como es España y no me ha costado tanto, sinceramente. Tuve la suerte de participar en la Copa América y después de 28 años haber ganado un título con Argentina es lo máximo y no me puedo quejar de nada. Estoy súper feliz. Ojalá que 2022 sea aún mejor.

–¿Y qué espera de 2022, después de un año tan intenso?

–Creo que la idea sigue siendo la misma. El Sevilla está en tres competiciones, la idea es llegar a mayo en los tres frentes. Es un club ambicioso, una plantilla ambiciosa que quiere pelear y ser competitiva. Es una pena lo de la Champions League, no lo hicimos bien. El grupo tuvo su autocrítica puertas adentro y dio la vuelta rápidamente pensando en lo que se viene, un 2022 muy intenso, lleno de partidos, y vamos a tratar de dar lo mejor para estar en lo más alto.

–Entre los retos de 2022 está la Europa League, con la final en el Ramón Sánchez-Pizjuán…

–Falta todavía, y en febrero empezaremos a pensar en ello, pero es uno de los objetivos, tratar de llegar lo más lejos posible, y encima se juega la final en nuestro estadio y sería algo increíble. La Europa League se volvió un trofeo muy importante, con clubes muy poderosos. El camino va a ser largo y durísimo. Es una competición que le sienta bien al Sevilla, la ha ganado en muchísimas ocasiones y queremos competir de la mejor manera.

–¿Cree que el rol de favorito del Sevilla es una presión añadida?

–Presión, no. Pero sí somos favoritos, porque lo hemos demostrado, que somos competitivos, que podemos hacer pelea a cualquiera. En Europa se juega otro fútbol, y se demostró en la Champions. Hay que adaptarse al fútbol europeo, si no te pasa lo que nos pasó a nosotros. El Sevilla es uno de los candidatos a ganarla.

El Papu posa en uno de los banquillos del Estadio Jesús Navas. El Papu posa en uno de los banquillos del Estadio Jesús Navas.

El Papu posa en uno de los banquillos del Estadio Jesús Navas. / Sevilla FC

–El equipo tuvo fuerza mental tras la derrota en Salzburgo…

–Diciembre fue un mes durísimo, tuvimos muchísimas bajas, desde la lesión muy grave de Suso y la de Lamela, En-Nesyri… Y el equipo demostró ese carácter de sobreponerse a las adversidades y a veces no jugando de la mejor manera demuestra que siempre es competitivo, no da por perdido ningún balón, se sacrifica y eso demuestra lo que es el Sevilla, por más que nos cueste en algunos partidos, como en la Copa del Rey.

–¿Cómo se explican en el vestuario tantas lesiones?

–Es un poco de todo. El calendario no ayuda. Jugar cada tres días más los parones de selecciones… A los sudamericanos nos toca viajar 14 ó 15 horas para seguir entrenando, jugar y volver, el jet lag… Llega un momento que el cuerpo te dice basta. Pero hay lesiones que son de mala suerte, como la de Lamela o la de Suso… Si son lesiones musculares, son 15 ó 30 días, pero esas lesiones duelen porque son de mala suerte. Hay que recordar también que estuvo la Copa América, la Eurocopa… El Sevilla tiene muchos seleccionados, muchos no hicieron pretemporada. A mí me tocó estar lesionado muscularmente, que hacía años que no me lesionaba y tuve que parar cuatro o cinco partidos. A uno le duele, porque uno quiere ayudar al equipo.

–Pues la FIFA piensa en un Mundial cada dos años...

–Yo no estoy de acuerdo, porque le quitaría todo el encanto al Mundial, lo haría más normal. Cada dos años para mí no sería correcto. Le quitaría ese encanto de cada cuatro años. Todo el mundo espera esa cita, la competición madre. Me parece que le quitaría la magia.

–El fútbol olvida que los futbolistas son seres humanos…

–Está claro que el fútbol es un negocio y cada vez más grande. Y la televisión es la que más poder tiene y la que manda. A muchos les beneficiaría tener un Mundial cada dos años, ganarían mucho dinero, pero no se piensa en los actores principales, que son los jugadores de fútbol. Si los jugadores no están bien no van a poder tener un gran espectáculo. Con todo este problema del Covid, y los tres partidos que metieron en Sudamérica para completar el calendario, que fue una locura… No queda margen para meter partidos. Y con la ómicron, con cinco o diez contagios por clubes… Es todo un gran lío y al jugador lo están matando.

–Pero el Sevilla va superando escollos. ¿Dónde está su brío?

–El Sevilla tiene una capacidad de saber superar la adversidad. Es un grupo muy unido, muy fuerte, tiene gente con mucha jerarquía y experiencia, no es un grupo de gente joven y eso hace que la gente de experiencia marque un camino. Y se trabaja muy bien entre semana, las cargas con los preparadores atléticos, el descanso y la alimentación... Los partidos son como entrenamientos.

–Paralelamente a esa capacidad de sufrimiento está el debate sobre el juego. ¿Llega al vestuario?

–Depende… Hubo muchos partidos donde pudimos dominar al rival. Tal vez nos falta dominarlo por más tiempo. A veces hacemos muy buenos primeros tiempos y en las segundas partes nos caemos un poco o nos metemos demasiado atrás y terminamos sufriendo. Sí que el Sevilla tiene una base y una estructura defensiva muy sólida y eso hace que nos metan muy pocos goles. Pero sí hay que mejorar la parte ofensiva, tener ciertas situaciones de juego para poder llegar más a la portería rival y no sufrir tanto. Con esa base sólida podemos controlar los partidos y ganarlos, tal vez por la mínima. Por más que el equipo no esté jugando bien o no esté dominando, vos sentís que el equipo está sólido. Y eso es muy bueno.

–¿Ese resultado corto puede influir en la fatiga mental y física?

–Puede ser. Hemos cometido muchos errores de expulsiones, penales, que son errores individuales corregibles, pero que a la larga te quitan puntos. Y en partidos claves esos errores te llevan a no conseguir el resultado. El partido con el Lille lo teníamos completamente dominado, se cometió un penalti y tal vez esa victoria nos podía haber dado la clasificación en Champions. Con el Barcelona lo teníamos muy bien controlado y una expulsión te hace terminar sufriendo. Los tres penales en el primer partido de Champions y luego una expulsión… Esos detalles hacen la diferencia, y aunque juegues con un equipo de menos categoría te la hace pagar. Mejorando esos detalles este equipo tiene muchísimo para dar.

Papu serio pose Papu serio pose

Papu serio pose / Sevilla FC

–¿Echa de menos más alegría, menos corsés tácticos?

–Eso ya es ADN de este equipo, que viene jugando hace tres años de la misma manera y no hay mucho por cambiar. En la parte ofensiva nos han faltado jugadores que nos dan mucho, como Suso, Lamela, En-Nesyri... Pero, así y todo, el equipo sigue ganando frente a todos los problemas que hay, sigue demostrando que es competitivo.

–¿Cómo encaja un futbolista de corte creativo como Papu Gómez en un sistema en el que prima el colectivo, la solidez?

–Sí es verdad que me toca machacarme en la parte defensiva, porque el míster te pide que cumplas en esa fase, y tal vez no estoy en el zumo del juego, como cuando juego por dentro. Lo he hablado con el míster, confía en mí, sabe que lo puedo hacer. Me pone muy feliz poder hacerlo, ayudar al equipo donde me toque, saber que, aunque tenga otras funciones, puedo ayudar al equipo.

–¿Quizá en otro sistema?

–No, no, no. No hablo de sistemas, pero sí que jugando por dentro tengo más libertad para moverme por todo el campo y para aparecer por zonas más peligrosas. Jugando por la banda tengo un mayor desgaste físico, ayudando al lateral y esperando que me llegue más el balón a esa zona y no yendo a buscarlo a otras zonas. La parte central, de enganche, o mediapunta, o centrocampista por la izquierda son las que venía jugando en los años anteriores.

–Hablamos de tensión, de sacrificio… ¿Se disfruta con el fútbol?

–Sí, yo creo que sí. Todavía se sigue disfrutando. El día que no lo disfrute o que me cueste más será el día que deje de jugar. Por ahora disfruto de los entrenamientos, el vestuario, estar con los compañeros… Disfruto el balón y divertirme en el campo de juego. Sí que es un desgaste importante y a veces uno tiene que recordar lo que a uno lo hacía feliz, que era el balón, no había otra cosa. Hoy, los viajes, las concentraciones, los hoteles, los buses… Sí que cansa y un poco te aleja de lo más importante, que es el balón y el fútbol. A veces es bueno parar y volver a las bases, a lo que a uno lo hacía feliz, tocar el balón y divertirte en un partido.

–¿Cuándo se dio cuenta de que podía dedicarse al fútbol?

–Desde que tengo uso de razón. A los diez u once años le dije a mi madre que no quería estudiar más, que quería ser futbolista. Seguí estudiando pero con la mente puesta en el balón. Ya a los 14 años me hicieron mi primer contrato en el Arsenal de Sabandí. Ya con esa edad me di cuenta que lo que quería era patear un balón.

–Pasó por San Lorenzo, el club de Scotta, del Papa... y del Papu.

–Y de Viggo Mortensen. Tenemos gente famosa ahí en San Lorenzo. Para mí fue muy importante, un aprendizaje total. Venía de un club pequeño y el paso a un club grande, con un estadio de cuarenta o cincuenta mil personas, con una notoriedad pública a los 21 años me hizo crecer mucho. Me sirvió para dar el salto a Europa. Tuve técnicos importantes que me marcaron, como Simeone. Fue una linda etapa, corta pero intensa.

–¿Con qué club soñaba cuando era un niño?

–Me crie en Avellaneda, una ciudad muy futbolera en Buenos Aires, con muchos clubes. Yo me crie en el Arsenal de Sarandí, un club pequeño, y yo soñaba con jugar en Independiente o en Racing. Me inicié en el fútbol base en Racing, pero mi familia es toda hincha de Independiente, mi tío (Hugo Villaverde) fue profesional ahí… Tiraba para los dos lados. Tengo amigos de los dos clubes. Cuando fui creciendo empecé a ver fútbol europeo. Tenía un compañero (en Arsenal), Aníbal Matellán, que jugó en el Nástic y en el Getafe, y él me mostraba mucho. Yo tenía 18 años y él 32 y nos levantábamos todos los domingos a ver fútbol europeo. Y mi sueño era jugar acá en Europa, en España o en Italia. Y los he cumplido los dos.

Papu sonríe al fotógrafo en la ciudad deportiva. Papu sonríe al fotógrafo en la ciudad deportiva.

Papu sonríe al fotógrafo en la ciudad deportiva. / Sevilla FC

-Pero son culturas diferentes, y ha podido vivir las tres culturas futbolísticas…

-Es otra cosa. Son diferentes idiosincrasias. El argentino viene del italiano y del español, tenemos muchas similitudes. Y cuando el argentino viene a Italia o a España se siente muy cómodo, sobre todo en la vida cotidiana. La gente allá en Argentina está loca, es muy pasional, y también por las crisis económicas la gente se descarga en el estadio y lleva su rabia. A veces esa pasión pasa a ser violencia y es una bola que no termina nunca. Pero esa pasión que demuestra el argentino por su club es única.

-¿Qué le gusta más y menos del fútbol?

-El fútbol me dio todo. Me hizo conocer lugares del mundo inimaginables, me dio muchos amigos, muchos compañeros, gente de otros países, otras culturas… Me hizo crecer en la parte humana. Pero como cualquier trabajo tiene sus pros y sus contras. Me he perdido cumpleaños de mis hijos, de mis padres… Fallecieron mi abuela y mi hermana y no pude estar en sus entierros. No he podido despedirme de gente que quiero… El fútbol es 24/7 (24 horas los 7 días) y tienes que darle todo, mientras te quede gasolina, no es sólo un entrenamiento de dos horas al día. Está el entrenamiento invisible, la alimentación, el descanso… Porque cada domingo es un examen diferente. Por eso digo que el fútbol te da mucho y te quita también mucho, porque vives en un avión, encerrado en un hotel… Puedo decir que conozco muchos países, pero muchos desde arriba del bus. Como cualquier trabajo, pero no me puedo quejar. Hago lo que me gusta, me pagan muy bien y soy feliz haciendo lo que hago. Y hasta que me dé la gasolina voy a seguir pateando la pelota.

-¿Y después de tanto mundo, qué le aporta Sevilla?

-Bueno, a mí me recuerda a Catania, una ciudad hermosa. Sicilia es espectacular para recorrerla de punta a punta, y viví tres años espectaculares. Me hace recordar un poco Sevilla no a la ciudad, pero sí a la gente del sur de Italia. Es muy alegre, muy simpática, muy confianzuda… Apenas te conocen y ya te abren las puertas de su casa. Aparte del clima, que es espectacular. El sol que hay en pleno invierno, que tengamos 17 ó 18 grados te da vida. Yo le digo siempre a mi mujer, acá nació el sol. Eso es envidiable. Se vive muy bien aquí en Sevilla. Venía de un lugar hermoso, del norte de Italia. Hacía frío, te terminas acostumbrando y pasar a todo esto, las palmeras, el sol… Te dan ganas de quedarte para toda la vida.

-Y le queda vivir y dejarse seducir por las fiestas de primavera…

-Bueno, eso tal vez para los más jóvenes, los solteros. Y es entendible. A mi edad me agarra diferente, con tres hijos, mi mujer… Yo sigo mi camino y sólo pienso en el fútbol. Y a veces pienso tanto en el fútbol que termino siendo egoísta, porque trasladás el fútbol a casa, los dolores, el partido que viene, el descanso… y la familia hace programas y uno no se desvía de lo suyo. Pero la carrera del jugador es corta, hay que exprimirla, tratar de sacarle lo mejor. Y ya se disfrutará a partir de los 40 para arriba.

-La Semana Santa, la Feria…

-Me han hablado tanto los argentinos que han pasado por el Sevilla que ya tengo ganas de conocer todas las festividades sevillanas, la Feria… Me dan ganas de que lleguen esas fechas. Ojalá que se pueda, que termine esto, ser un poquito más libres y disfrutar de la ciudad. Hay que seguir cuidándose, no queda otra.

-Que así sea. Feliz 2022.

-Gracias. Igualmente.

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