Desde mi córner
  • Mientras más tiempo dure la tempestad, más tardará el Sevilla en sanar sus heridas

¿Hasta cuándo el espectáculo?

CON las cosas de comer no se juega y cuando es la comida, léase modus vivendi, lo que está en juego ni a los vivos ni a los muertos se respeta. Lo que sí choca es cómo eso ha hecho metástasis hasta llegar al espectáculo deplorable. El calificativo no es mío sino que salió de boca de uno de los protagonistas en declaraciones radiofónicas, o sea, urbi et orbi. Y ahí es cuando uno llega a la conclusión de que no te acostarás sin saber una cosa más.

Viendo antier noche cómo José María del Nido padre aguantaba aterido de frío un partido en la noche berciana contra un equipo muy inferior podía comprobarse que la presa que persigue no se le va ni con alas. Y la verdad es que, razones morales aparte, está asistido por la fuerza inapelable del capital que ha ido acumulando desde el día que Roberto Alés lo nombró heredero al sillón de Don Ramón. Y ahí no hay tío páseme usted el río, por lo que ya es cuestión de esperar.

Y ahí en eso de esperar es donde el racial letrado no tiene un pase, quiere pronto y en la mano el mando y que nadie dude de que más pronto para los que están y muy tarde para él, la presidencia será recuperada. Y mientras tanto, el Sevilla anda como un barco entre el oleaje que ha montado el legítimo pretendiente al trono. Un barco lógicamente a la deriva, pues también debe ser complicado patronear una nave tan al pairo, tan combatida por un temporal tan artificioso.

Dicho lo dicho y viendo cómo todas las partes tienen sus razones, el espectáculo de un padre descalificando a un hijo en el que tenía puestas todas sus complacencias es deplorable. Lo ha dicho el propio progenitor, pero no pidiendo disculpas sino justificando su postura. ¿Y hasta cuándo todo este maremágnum? No se sabe, pero mientras más larga sea su duración, más va a costarle al Sevilla volver a la bonanza; conque échenla al suelo, que por abajo se juega mejor.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios