Sevilla-Alavés

Madurez en marejadillas

  • Los de Lopetegui deben demostrar su capacidad para sobreponerse al golpe copero ante el Mirandés.

  • Un triunfo distanciaría al Atlético a cinco puntos y afianzaría al Sevilla e la tercera plaza de la Liga.

Diego Carlos, baja por sanción, bromea en el entrenamiento de ayer con Koundé.

Diego Carlos, baja por sanción, bromea en el entrenamiento de ayer con Koundé. / Juan Carlos Muñoz

Tal día como hoy hace justo un año, el 2 de febrero, el Sevilla de Pablo Machín se presentaba en Balaídos después de caer, también el mismo día (30 de enero), en la primera competición de la temporada. El rival no era el mismo, ni mucho menos, pero el bochorno venía a ser parecido, porque el equipo blanco no compitió en el Camp Nou y, pese al prometedor 2-0 de la ida, entregó la eliminatoria con una pésima imagen que no le dio más que para caer por un doloroso 6-1. El Mirandés le sacó los colores al equipo de Lopetegui el pasado jueves y esos mismos jugadores deben demostrar hoy ante el Alavés que han aprendido la lección, algo que no hizo aquel Sevilla de Machín, que perdió ante el Celta (1-0) dejando una pobre estampa a su paso por Vigo e iniciando una caída que encontraría su máximo exponente cuando también fue eliminado de la Europa League en marzo a manos del Slavia de Praga.

Afortunadamente para los intereses del Sevilla, aquella plantilla no es ésta. La actual tiene sello y denominación de origen. El made in Monchi es un aval de garantía y ya se encargó el director general deportivo de dar el pertinente rapapolvo público a los profesionales tras lo ocurrido en Anduva, algo que -por otra parte- entra dentro de lo que es el fútbol, mucho más en un formato en el que se beneficia al equipo de inferior categoría.

La Previa La Previa

La Previa / Departamento Infografía

El Sevilla debe demostrar esta tarde capacidad de respuesta al fracaso, pues es mucho lo que se está jugando en la Liga. Recién recuperada la tercera plaza y, tras la derrota ayer del Atlético, la ocasión es inmejorable para dar un salto y distanciarse de sus perseguidores para cuando vuelvan a venir curvas, que volverán.

Volverán porque no hay equipo perfecto. Muy pocos son los que pueden escapar de un petardazo de vez en cuando o, simplemente, una derrota. Ni los presupuestos los salvan. Más aún, esos mismos presupuestos son los que magnifican cada tropiezo en su justa medida y eso es lo que le ha pasado al Sevilla, a este Sevilla de Monchi, de Lopetegui y del “plan estratégico a cinco años”.

Al entrenador vasco y a sus colaboradores les ha tocado en estos días tratar de limpiar la mente de sus futbolistas para que salgan a competir al máximo de sus posibilidades en una competición que, siendo justos, es la que les va a dar todo o nada al final de temporada y la afición también debe tener la suficiente madurez como para pasar página y distinguir situaciones.

Quizá sea un día para que se ilusione con ver a los refuerzos de invierno. En-Nesyri ya ha jugado algunos encuentros, si bien, más allá de que ha dejado constancia de que debe dar mucho más para mejorar lo que había en la plantilla, tampoco se le ha visto en ninguna cita desde el inicio y Suso lleva aquí sólo un par de días, aunque suficientes para que tenga unos minutos, pues Lopetegui ya demostró con En-Nesyri que tenía mucha prisa en ponerlo a competir (jugó más de media hora en el Santiago Bernabéu con sólo un entrenamiento con sus compañeros).

Hoy el sistema defensivo deberá aviárselas sin Diego Carlos, sancionado, y también está la duda de cómo recibirá la afición a Banega después de que se haya confirmado su decisión de abandonar el club y no renovar para asegurarse un retiro dorado al amparo de los petrodólares del fútbol saudí. Encima, fue de los más señalados en Anduva por cómo se gestó la jugada del segundo gol del Mirandés.

Se entiende el enfado porque había, como cada año, muchas ilusiones puestas en la Copa, pero ya no hay tiempo para lamerse las heridas y lo que se está jugando el Sevilla en la Liga es mucho como para perder el tiempo en lloriqueos y excesos de dramatismo.

Los de Lopetegui tienen hoy la oportunidad de sacarle cinco puntos al Atlético y demostrarse a sí mismos que el trance copero está superado y que la crisis de la que habló Monchi el viernes no tiene más recorrido. Así se comportan los equipos grandes y así se respira en los vestuarios en los que hay profesionales de verdad y ganadores como los que busca este club.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios