El derbi sevillano

La manga de Lopetegui

  • El sevillismo espera que su entrenador saque el as ganador que guarda para la ocasión.

  • El vasco siempre ha realizado algún movimiento en partidos importantes.

Julen Lopetegui, en un entrenamiento del Sevilla.

Julen Lopetegui, en un entrenamiento del Sevilla. / Antonio Pizarro

El orgullo debe andar herido. Pese a los elogios recientes al juego del Sevilla en Dortmund y la raza con que vendió la derrota, la procesión va por dentro y tampoco debe olvidar tan fácilmente Julen Lopetegui cómo se puso en entredicho su trabajo, sus conceptos futbolísticos y, en conclusión, su competencia como entrenador en una semana que ha marcado negativamente los objetivos del equipo en dos competiciones.

El entrenador guipuzcoano recuerda cuando le dan la ocasión que el Barcelona estuvo fuera de la final en el minuto 95 del partido, aunque ahora mismo lo que dirá de cara al público es que el pasado está enterrado y pisado. Igual que lo estarán los récords que acumuló de victorias, porterías a cero y partidos sin perder justo antes de la nefasta racha que ha trazado en los últimos catorce días.

Pero el ex seleccionador guarda un as bajo su manga que espera sacar ante el Betis, el día y el partido ideales para dar un golpe de efecto, justo el que esperan los aficionados del Sevilla, que le piden más arrojo en los planteamientos y más intensidad ofensiva, justo lo que aplaudió en Alemania aunque esas ansias por atacar –necesarias por otra parte en ese caso– fuera lo que llevó al Sevilla a encajar dos goles que pusieron ya casi imposible la eliminatoria.

Lopetegui podrá contar con casi todo su potencial. A excepción de Aleix Vidal, aún lesionado, parece que tendrá todos los caballos de potencia a su disposición y ahora el secreto reside en cómo los combinará sobre el tapete de juego.

En los partidos importantes, siempre quiso dejar su sello con un movimiento táctico imprevisto, un cambio de posiciones con que sorprender al entrenador rival y algo de eso espera el sevillismo mañana a partir de las nueve de la noche, cuando los pulsos vuelven a acelerarse con la pasión de un choque de la máxima rivalidad, aunque sea, desgraciadamente, sin el calor del público en las gradas del Sánchez-Pizjuán.

Con un margen con respecto al quinto clasificado –el sexto es el Betis, a seis– que se ha reducido a tres puntos aunque con un partido menos aún pendiente por disputar, el Sevilla necesita cambiar urgentemente su dinámica de resultados para que no empiecen a ser más perniciosos de lo normal los nervios del entorno. Porque pese a todo el runrún que se ha escuchado en estos días, el equipo nervionense no ha bajado su nivel en cuanto a juego. Diferente es que el potencial de los rivales equipara muchas cosas y el Sevilla, en los últimos cinco encuentros en los que no ha logrado sumar ninguna victoria, ha jugado dos veces ante el Barça y dos ante el Dortmund.

Si determinados jugadores, como Ocampos para desquitarse de su fallo en el penalti en el Camp Nou, necesitan un golpe de suerte o un gol que decida, técnicos como Lopetegui necesitan un golpe de entrenador.

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