El Sevilla, al menos su cúpula ejecutiva y su cuerpo técnico, estará muy atento este domingo a la final de la Champions League, que se disputa a las 21:00 en Lisboa. El ganador del duelo entre el Bayern Múnich y el PSG en el Estadio da Luz será el rival del equipo de Julen Lopetegui el próximo 24 de septiembre, en Budapest.

Será en el Puskas Arena de la capital húngara donde el Sevilla juegue su sexta Supercopa de Europa. El equipo de Lopetegui tiene el reto de ganar el segundo de este trofeo que se le resiste al club de Nervión desde su primera y única victoria, hace ya 14 años.

La primera la ganó al Barcelona en Mónaco, en 2006. La segunda la perdió ante el Milán, apenas tres días después de la muerte de Antonio Puerta, en 2007. La de 2014 la perdió ante el Madrid, en Cardiff. En 2015 volvió a perderla, en Tiflis, tras remontar un 4-1 al Barcelona y forzar la prórroga, para terminar cayendo por 5-4. La UEFA eligió aquel partido como el mejor de la temporada. Y en 2016, en Trondheim, volvió a caer ante el Madrid, por 3-2, también en la prórroga. 

El de este domingo será un duelo entre un pentacampeón de Europa, el Bayern Múnich, y un novato en estas lides, el PSG, que busca su primer entorchado continental. Será también una batalla táctica entre dos técnicos alemanes, Hans-Dieter Flick, el del Bayern, frente a Thomas Tuchel, el del PSG.

Según ha previsto LaLiga, el Sevilla se incorporará al campeonato de Primera División el fin de semana posterior a la Supercopa, es decir, que seguramente la primera jornada la disputará el domingo 27 de septiembre. De esta forma, los jugadores de Lopetegui tendrán al menos dos semanas de descanso antes de comenzar la pretemporada para preparar la nueva temporada.