Del balón de Eloy I a la Bota de Amontillado

Sevilla FC

Jesús Barquín, catedrático de Derecho Penal en Granada y gran experto en vinos generosos, se resigna a no poder recibir esta vez a su Sevilla en Los Cármenes

Jesús Barquín, en una cata de Equipo Navazos hace un año en Sevilla.
Jesús Barquín, en una cata de Equipo Navazos hace un año en Sevilla. / D. S.

“Soy sevillista hasta la médula, desde antes de nacer. En mi familia todos lo eran, sobre todo mi padre, que llegó muy joven desde el Valle de Carriedo (en el corazón de Cantabria) y se hizo sevillista por el contacto con jugadores y otra gente del club en el Bar Cobo de su familia, en la Puerta de la Carne”. Quien así proclama su fe es Jesús Barquín (Sevilla, 1963), una eminencia en dos cosas serias como pocas: el Derecho Penal y los vinos generosos andaluces.

De lo primero es catedrático e imparte sus clases en la Universidad de Granada. De lo segundo también sienta magisterio con sus catas y su admirable labor, junto al otro cofundador de Equipo Navazos, Eduardo Ojeda, al embotellar La Bota de Manzanilla, de Fino, Amontillado o Palo Cortado, entre otros tesoros que reposan discretos en señeras bodegas.

Reivindicación

"Una parte de aficionados al fútbol en España le tienen una absurda tirria al Sevilla, fuera reconocen más sus logros"

Treinta años lleva Jesús residiendo en Granada. En nada han atenuado su ferviente sevillismo. “Es un sentimiento que nunca he dejado de tener. Sé que es algo irracional, pero creo que es bueno tener una vía de escape como esta en un terreno en el que, al fin y al cabo, no se le hace daño a nadie”.

Su primer ídolo fue Eloy I, Eloy Fernández. “Era amigo campurriano de mi padre, jugó varias temporadas de medio en el Sevilla de los años 1960. No tengo el recuerdo de verle jugar en el campo, pero me regaló con tres añitos mi primer balón “de reglamento”. Una preciosidad de balón rojo y negro que fue durante muchos años mi posesión infantil más preciada. Todos los veranos cuando subíamos a Cantabria parábamos a ver al “tío Eloy” en su casa cerca de Reinosa”. Todo sevillista guarda un recuerdo recurrente de sus primeros partidos en Nervión. “El mío es Lora desde el córner y Acosta al remate de cabeza en el segundo palo”.

¿Y cómo vive su sevillismo desde la distancia? “Lo que más echo de menos es el cachondeíto diario con mis amigos béticos, que tengo unos cuantos y muy buenos, criaturitas mías. Aunque en los últimos años ha debido de ser un poco aburrido y tampoco es cosa de ensañarse. En esta última época Juan Tribuna lo habría tenido complicado para equilibrar sus guiones de El tío Pepe y su sobrino...”.

Vínculos

"Me habría gustado que siguiera un año más Carlos Fernández, pero a Diego Martínez lo considero un poco nuestro”

Este sábado, no tendrá el corazón dividido cuando la pelota eche a rodar en Los Cármenes. Aquello del roce y el cariño. “No sólo el roce, es que mis hijos son granadinos y ya llevo aquí más de treinta años. Desde luego sí que me siento granadino, porque la vaca no es de donde nace, sino de donde pace. Y sigo y tengo gran simpatía por el Granada, pero cuando juega con el Sevilla me tira más la sangre. Me habría gustado que siguiera Carlos Fernández aquí al menos un año más, pero por suerte está Diego Martínez, a quien considero también un poco nuestro”.

¿Y se alegran los granadinos de los éxitos europeos del Sevilla? “Mis amigos me felicitan sinceramente, pero supongo que fuera de eso habrá de todo”. Desde que ascendió en Elche allá por 2011, el club de las rayas horizontales ha solido jugar en Primera. Y cada año, el Sevilla ha acudido a su cita liguera, y alguna copera, en la capital nazarí. “Sí, a veces con amigos del Granada y otras con un colega sevillista. Ha habido de todo, de todas formas son los partidos en los que mejor llevo la derrota cuando se produce”.

Resignado

"Vistas las difíciles circunstancias, ni me planteo que no poder acudir esta vez al campo sea un fastidio”

Jesús Barquín es hombre viajado y eso le da para hablar con conocimiento de causa de algo que flota en el ambiente… “Muy probablemente, el Sevilla goza de un mayor reconocimiento a sus logros fuera de España que dentro. Es innegable que hay una parte de aficionados al fútbol en España que le tienen una absurda tirria al Sevilla, en especial desde que adquirimos esta bendita costumbre de ganar títulos. Por mí que sigan comiendo ajos… Como dijo Goethe, mientras sigamos oyendo sus ladridos cada vez más lejos, será señal de que cabalgamos.

Se resigna a no poder animar y dar las gracias a los recientes hexacampeones. “En las circunstancias tan difíciles en las que estamos, ni me he planteado que no poder acudir esta vez al campo sea un fastidio”. Al menos, lo podrá ver degustando un señor vino.

Un damnificado más del duro rebrote del Covid-19 en Granada

El rebrote del virus sacude fuerte a Granada. Tanto, que el martes el Gobierno autonómico decretó que durante dos semanas no habrá clases presenciales en la Universidad de Granada, lo que afecta directamente al quehacer diario de Jesús Barquín por su cátedra de Derecho Penal. Visto el decorado, como para plantearse que entre público en Los Cármenes… “La asistencia de público a los partidos va más allá de la mera presencia de personas en las gradas. Implica grandes movimientos de personas en transporte público, bares llenos a rebosar antes y después del evento... no veo que nos estemos excediendo de precavidos. Pero no soy un experto, solo un ciudadano medianamente informado”. Pero su opinión no es infundada. “Sigo con atención las publicaciones académicas sobre el SARS-CoV-2 y la Covid-19, en parte gracias a que mi hija trabaja en ese sector y me pasa un memorándum periódico con los avances. En España estamos aún en un punto en el que no se ha terminado de asumir que, conforme a la mejor ciencia hasta ahora, el contagio a través de los llamados aerosoles es probablemente el que tiene mayor protagonismo en la expansión de la pandemia. Seguramente deberíamos empezar a ser aún más rigurosos con las actividades que se celebran en el interior y a relajar las medidas restrictivas de actividades en el exterior; por ejemplo, cerrar parques y jardines no tiene mucho sentido con lo que ahora se sabe...”.

stats