La dinastía Bonini llega al Sevilla: una vida entre Marcelo Bielsa y el rugby nacional
El argentino se ha convertido esta pretemporada en una de las figuras más destacadas del Sevilla Fútbol Club debido a su intensidad
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La pretemporada del Sevilla Fútbol Club va tocando su fin tras el último amistoso del conjunto hispalense. Los pupilos de Matías Almeyda entran en la recta final del verano antes de viajar al Nuevo San Mamés para verse las caras con un Athletic de Bilbao casi tan castigado por las lesiones como el cuadro nervionese. La intensidad ha sido uno de los puntos fuertes desde que el argentino se hiciese cargo de la plantilla blanquirroja, y gran culpa de este cambio con respecto a cursos anteriores la ha tenido el preparador físico que ha llegado de la mano con el nuevo técnico sevillista.
Guido Bonini ha sido uno de los nombres propios en el verano del Sevilla. El argentino, al que los aficionados blanquirrojos han comenzado a apodar cariñosamente como 'El Teniente', destaca en los entrenamientos del cuadro hispalense por su forma de ser y trabajar con los jugadores sevillistas. Sin duda, el de Buenos Aires es el protagonista habitual del calentamiento en la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros Palacios. Pese a no ser algo habitual, en este caso su vocación como preparador físico parece ser una herencia directa de su padre, compañero e íntimo amigo de una de las figuras más relevantes de los banquillos no sólo de Argentina, sino del mundo.
Luis María Bonini, fallecido en noviembre de 2017, fue el preparador físico de Marcelo Bielsa durante gran parte de su etapa como entrenador. La relación de ambos era tal que el técnico se jugó una sanción del Lille, equipo al que dirigía en aquel año, cuando su amigo se encontraba en sus últimos momentos. Sin duda, la influencia del 'Loco' se nota en la forma de trabajar de un Guido que reconoció en su llegada a River Plate en 2012 el por qué de su pasión: "Mi viejo nunca me obligó ni me sugirió nada, pero siempre me guie por él, me crie con él en las canchas, en los clubes, en los entrenamientos... Siempre me gustó lo que hacía y me parecía interesante".
Además de la herencia de su padre, hay otra faceta de la vida de Guido Bonini que explica su intensidad a la hora de dirigir las sesiones de entrenamiento en el Sevilla Fútbol Club. Curupaytí puede ser un nombre desconocido para los aficionados del club hispalense, pero para el argentino es el equipo de rugby de Buenos Aires donde forjó parte de su carrera como jugador de la ovalada. Una 'rara avis' que se ha asentado en Nervión y viene con la misma intención que su entrenador y el Consejo de Administración que los contrató: demostrar que los años oscuros han quedado atrás y que el conjunto blanquirrojo regresará más pronto que tarde a las posiciones que ha ocupado durante los últimos 20 años.
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