Empate en Toulouse en un último test que deja todas las dudas en el aire (1-1)

El Sevilla no solventó ninguna de las muchísimas dudas que tienen los sevillistas a una semana de iniciar la Liga en San Mamés. Allí lo recibirá un Athletic Club de Bilbao que también ha dejado desasosegados a sus aficionados con sólo un triunfo, ante la Ponferradina, y seis derrotas consecutivas en los últimos amistosos. Pero más allá del empate en Toulouse (1-1), el equipo de Matías Almeyda evidenció problemas varios que la planificación aún no ha solventado. Las tres primeras joradas, antes del cierre del mercado, serán de digestión durilla...

Con escasísima pegada, pocos efectivos profesionales en todas las líneas y muchísimos canteranos parcheando el once incluso fuera de su sitio natural, la imagen de Toulouse no fue reparadora, en un partido con mucho calor, poquísimo ritmo y un Sevilla cada vez más desordenado con los cambios. Sólo hay que ver qué equipo terminó el partido para comprobar que queda muchísima tela que cortar. A saber: Nyland; Rivera, Castrín, Marcao, Miguel Sierra; Manu Bueno, Edu Altozano; Isaac, Peque, Alfon; e Iheanacho.

De entrada hay que destacar que Almeyda viró de salida hacia un nuevo sistema de tres centrales, Carmona, Castrín y Kike Salas, con Lukébakio, autor del 0-1, de punta con libertad de acción. Juanlu, que reapareció como titular después de todo el verano hablándose de su esperado traspaso al Nápoles, actuó en el carril derecho y Suazo, en el izquierdo. El Sevilla, de partida, se plantó en el campo del Toulouse con Nyland; Juanlu, Carmona, Castrín, Kike Salas, Suazo; Gudelj, Agoumé, Sow; Lukebakio y Akor. Un once mucho más parecido al que puede comparecer en San Mamés. Y fue un Sevilla mandón, aunque con menos brío y verticalidad, más pastoso y academicista, que el que se ha visto durante la pretemporada.

Suazo, homenajeado por su ex equipo antes del partido, no se encontró como carrilero. Por ahí llegaron las primeras ocasiones del Toulouse, en los minutos 27 y 28, tras un arranque muy dominador y pulcro de un Sevilla que manejaba bien la pelota pero carecía de profundidad. Edjouma aprovechó ese hueco para encarar e irse de Kike Salas. Nyland salvó en dos ocasiones en la misma acción con dos buenas paradas el 1-0. Y Castrín anduvo rápido en un cruce vital en otro pase de Edjouma desde la izquierda.

Fue el principal problema que tuvo el Sevilla en la primera parte, que dominó con apenas llegada en ese giro hacia un juego más de posesión, pero que sólo rompía cuando Agoumé o Sow se procuraban robos adelantados. Aun así, pudo adelantarse ya en una clarísima ocasión de Lukébakio en el minuto 15. Precisamente en un robo cerca del área de Agoumé, con apoyo en Sow y apertura de éste al belga, quien solo ante el meta Restes picó con la zurda y el portero se lo adivinó despejando.

Ya en el minuto 36, tras sacudirse el hostigamiento durante algunos minutos del Toulouse, Lukébakio recibió en la izquierda, Juanlu lo dobló por fuera y el belga aprovechó para meterse hacia dentro y soltar un golpeo de rosca con la zurda imposible para el portero del Toulouse. El gol de siempre del goleador de siempre...

Almeyda volvió a su 4-2-3-1 más habitual con los cambios en el descanso. Pero ni así logró más profundidad el Sevilla. Muy al contrario, el Toulouse siguió ahondando en la herida de los defectuosos repliegues y los desajustes defensivos, ahora más manifiestos en el flanco de Carmona una vez que Marcao relevó a Kike Salas como central izquierdo. Con decir que Castrín fue el defensa más digno durante todo el partido queda todo dicho... Es más, el futbolista del filial, único de campo que completó el amistoso, realizó varios cruces providenciales que retrasaron el empate del Toulouse.

Durante la segunda mitad, Peque intentó realizar las labores organizativas con las líneas menos conjuntadas conforme iban entrando canteranos con algunos jugando fuera de su sitio: Rivera ejerció de lateral derecho y Miguel Sierra terminó siendo el lateral izquierdo.

Con ese desbarajuste general, el Sevilla fue dejándose golpear por un Toulouse cada vez más enardecido que encontraba vías por los costados y hacía daño a balón parado. Otro fallo ahí: hubo despistes en las marcas en varias faltas laterales y córneres. Pero tanto fue el cántaro a la fuente que acabó rompiéndose. Doble recorte al mediocampista Rivera en su posición de lateral y centro suavito, Manu Bueno que no sigue a su par y comodísimo cabezazo de Santiago Hidalgo cruzando ante Nyland. El empate hizo justicia porque el Sevilla, salvo por un par de intentos de Alfon, apenas compareció en la segunda parte. Las evidencias están ahí. Esta semana debe ser clave para que Antonio Cordón le dé rienda suelta a su plan con los traspasos de Juanlu y Badé. Porque algún plan tendrá el hombre...