Sevilla FC | El reportaje

La "primera gran noche" del West Ham en el London Stadium

  • El rival del Sevilla este jueves, con Moyes al frente, espolea a su afición para que emule el ambiente de Nervión en la ida y al fin se cree ese 'feeling' en su nuevo hogar

  • El lateral Cresswell y el delantero Antonio se retiraron lesionados el domingo y son dudas junto a Bowen

El West Ham celebra un gol con su afición en el London Stadium.

El West Ham celebra un gol con su afición en el London Stadium. / Andy Rain (Efe)

"Espero que en la vuelta tengamos un ambiente igual que el que ha tenido el Sevilla en su estadio. Inglaterra tiene mucha tradición pero lo de los hinchas del Sevilla ha sido terrible, han llevado a su equipo a ganarnos el partido". David Moyes empezó a preparar la vuelta de este jueves en el London Stadium muy pronto, desde la sala de prensa del Ramón Sánchez-Pizjuán.

Tras el gol de Munir del pasado jueves que pone en ventaja al Sevilla, Moyes convoca al jugador número 12. O number twelve. Y es que el West Ham anda en el proceso, primordial para el éxito de un proyecto deportivo, de dar forma a ese feeling entre el equipo y su nueva casa, ese ostentoso London Stadium que, con los 60.000 asientos habilitados, aproximadamente, para la vuelta de los octavos de final de la Liga Europa, casi dobla el aforo de Upton Park (35.016 espectadores), aquel recinto de profundo sabor 'british' donde los hammers fueron grandes hace ya demasiado tiempo, en los sesenta.

Los clubes de la Premier que cambian de estadio suelen abrazar proyectos arquitectónicos respetuosos con las esencias que le dieron ese trazo tan personal al fútbol en el país que lo parió. El último ha sido el Everton, que exigió las gradas más empinadas y cerradas posibles para abandonar Goodison Park. Y así será, una cerrada cápsula multifuncional, el nuevo estadio que estrenará en 2023 y que le costará alrededor de 500 millones de libras esterlinas.

Dos seguidores del West Ham, en las tendidas gradas del London Stadium. Dos seguidores del West Ham, en las tendidas gradas del London Stadium.

Dos seguidores del West Ham, en las tendidas gradas del London Stadium. / Vickie Flores (Efe)

Pero el nuevo feudo del West Ham es todo lo contrario a un canónico estadio inglés. La liturgia es mucho más difícil de encender con gradas tan tendidas como las del estadio que albergó los Juegos Olímpicos de 2012, con la lejanía del público con respecto a la hierba.

Y desde el club de los dos martillos entrecruzados tratan de espolear a su gente para recibir al hexacampeón del torneo que sueñan con conquistar de vuelta a Sevilla, allá por mayo: "Es la oportunidad de crear la primera gran noche", remarcan cara a este jueves desde el señero club por el que torcía, en su tiempo, un tal Alfred Hitchcock. Se trata de forzar, de salida, una eliminatoria con suspense...

Otro factor que no es baladí da aún más relevancia al papel del público: Moyes ha reconocido en círculos privados que su equipo no está tan en forma como antes de Navidad, que no giza de mucha profundidad de plantilla y que encima, la enfermería se anima: con el concurso del atacante Bowen aún en el aire, otros dos titulares en los hammers, el lateral izquierdo Cresswell y el ariete Antonio, se retiraron lesionados del partido del pasado domingo ante el Aston Villa y, como ocurre en el Sevilla de Monchi y Lopetegui, hay secretismo sobre su disponibilidad para recibir al Sevilla. Moyes puede jugar a las cartas con su colega de Asteasu.

Una panorámica del London Stadium. Una panorámica del London Stadium.

Una panorámica del London Stadium. / Vickie Flores (Efe)

Los partidos del West Ham como local cuentan con el grueso de los treinta y tantos mil hinchas que acudían a Upton Park, pero hay un problema para dar más ambiente a unas gradas que pueden acoger hasta 60.000 espectadores.

Una solución llegó con las entradas baratas, de sólo una libra para niños, para ese público flotante, sin afinidad especial, que simplemente quieren asistir a ver un buen partido de la Premier en Londres. En los feudos del Tottenham o el Arsenal, los clubes más influyentes de la capital, eso es más complicado. Y esa baza la explotan los propietarios del West Ham, David Sullivan y David Gold, quienes con habilidad han introducido la palabra "London" en el nuevo escudo de la entidad.

Sullivan hizo fortuna con la pornografía y Gold con los sex shops. El portugués Willian Carvalho, presidente del Sporting de Portugal, los apodó "Dildo Brothers" en un tono sarcástico más propio de un inglés. Algo saben ambos empresarios de calentar al personal. Y en eso andan para el partido de este jueves ante el hexacampeón Sevilla.

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