De rojas y protestas: ¡La gente quiere fútbol, pero el antiguo!

Crónica de ambiente

Contestación descafeinada bajo el cántico de "¡Júnior, vete ya!" y sin violencia, gracias a Dios, entre expulsiones por las nuevas reglas futbolísticas

Si encima al Sevilla le ponen kilos de hándicap... (0-2)

Globos al viento del tibio vientecillo de mayo: dentención del juego y pausa de hidratación.
Globos al viento del tibio vientecillo de mayo: dentención del juego y pausa de hidratación. / José Ángel García

No fue tan fiero el león como lo pintaban. El león era el sevillismo en pie de guerra. Pero hasta en eso ha virado el fútbol hacia lo inane, a no ser que se trate de cafres que forman los líos fuera del estadio con pintadas y amenazas de muñecos colgados, con mensajes de Whatsapp o de Twitter o con agresiones como la que sufrió Ignacio Navarro, el psicólogo, tras la derrota con el Atlético, o la del derribo de la valla de la ciudad deportiva. ¡Ay, aquellas pañoladas mirando al palco por un quítame allá esas pajas! Pero el sevillismo está tan cansado, tan hastiado ya de la situación que contra el Real Madrid la protesta no fue ni tan unánime ni tan sonora.

Quizá por ser tan preparada y tan anunciada sonó la algarada como con sordina. Lo más llamativo fue el ingreso al graderío del grupo Biris Norte después del descanso. Gol Norte apareció en su corazón vacío durante la primera mitad, que ya se enfangó con la roja a Badé por un agarroncillo a Mbappé, en el minuto 12. Alejados del área y del eje del campo, pareció excesiva, pero Busquets Ferrer, tras consultar a Soto Grado en el VAR, ratificó la expulsión. La culpa es de los que lo normativizan todo quitándole al árbitro la capacidad de interpretación del juego. Como en la vida misma de esta era digital, todo debe estar respaldado por una norma. Un ser o no ser reglamentado. No hay margen para lo espontáneo ni el accidente.

Imagen de Gol Norte durante la protesta en el minuto 65, con la grada alta con huecos.
Imagen de Gol Norte durante la protesta en el minuto 65, con la grada alta con huecos. / José Ángel García

¡Dos pausas de hidratación a 23 grados!

Tampoco en las protestas. Lo más grotesco del partido es que la movilización organizada tomó fuerza en el minuto 65 y hubo lanzamiento de globos al césped, tampoco muchos. ¡Y Busquets Ferrer mandó parar! Como si con ese ruido contra el presidente del Sevilla –el ya famoso cántico de “¡Júnior, vete ya!” y esos globos amarillos desalojados del césped por el aire, al pairo del tibio vientecillo primaveral de mayo, no se pudiera jugar. ¡Y con 22 grados ordenó otra pausa de hidratación! Ya que está parado el juego, hidrátense... ¿Pero no eran jugadores de futbolín que no pueden usar los brazos? Para beber, sí.

En la primera parte ya hubo una primera pausa de hidratación a 24 grados. El protocolo obliga a hacerla a 30 grados. El fútbol ha cambiado. Las protestas están dirigidas desde las redes sociales. Las rojas responden, más que al juego, a la letra pequeña de las reglas. Yel personal –31.633 espectadores en este descafeinado Sevilla-Real Madrid, quién te vio y quién te ve– lo que quiere es fútbol. Pero el fútbol de siempre, el de verdad, el antiguo. El de los olés rotundos y las pañoladas al palco sin que nadie las dirigiera con mensajes digitales. Las protestas seguirán. Es lógico. La guerra contra el consejo sigue, pero lo de este partido y sus insustanciales parones fue grotesco.

La mayor protesta, fuera del estadio

Hubo cánticos, algunos irreproducibles, contra José María del Nido Carrasco, pero sobre todo la gran protesta fue durante la primera mitad bajo el mosaico, donde se concentró un numerosísimo grupo de Biris que no entraron al estadio durante la primera mitad. Ya en el graderío, la protesta masiva se produjo, ya con los Biris, en el minuto 65. El lanzamiento de globos, que el viento retiró hacia detrás de la puerta de Gol Norte, instó a Busquets a parar el partido y mandar hidratación.

Suso saluda a un Sánchez-Pizjuán puesto en pie para despedirlo.
Suso saluda a un Sánchez-Pizjuán puesto en pie para despedirlo. / José Ángel García

La ovación a Suso en su adiós

En el minuto 77 Peque entró por Suso y se vivió el momento más emotivo de la tibia tarde primaveral. El futbolista gaditano se va del Sevilla y jugó su último partido en el Ramón Sánchez-Pizjuán. Fichará por el Cádiz como agente libre. Se fue con una sonorísima y emocionante ovación del estadio nervionense, unido en sinergia positiva en esta ocasión frente a las protestas y como contraste a éstas. Se lo merece el gaditano: dos títulos de Europa League con participación clave y sendos goles en las semifinales de 2020 y 2023 lo avalan. Hoy mismo, 18 de mayo, se cumplen dos años de su golazo a la Juventus camino del título de Budapest.

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