El Gobierno da marcha atrás y aplaza su reforma universitaria ante la queja de rectores y profesores

Universidad

El rector de la UPO recuerda que las universidades están ahora concentradas en superar la crisis del coronavirus y considera que no es el momento de abordar una reforma de la enseñanza superior

El Gobierno se atreve con una reforma universitaria en plena crisis: grados de 3 años y más prácticas en empresas

Estudiantes en la Universidad Pablo de Olavide
Estudiantes en la Universidad Pablo de Olavide / José Ángel García

El ministro de Universidades, Manuel Castells, ha dado marcha atrás y ha aplazado la tramitación de su reforma universitaria ante el malestar que ha causado en la comunidad universitaria, especialmente entre profesores y rectores, que le reprochaban que hubiera sometido a consulta pública un real decreto tan relevante como el de Ordenación de la Enseñanza Universitaria en plena pandemia del Covid-19.

Esta disconformidad ha llevado a sindicatos como el de Comisiones Obrera ha movilizar a sus servicios jurídicos para presentar una reclamación con el fin de conseguir la nulidad del proceso.

"En un contexto de cambios acelerados y constantes, que plantean muchos e importantes retos, la sociedad debe tener la seguridad de que la formación ofrecida por las universidades responde a las necesidades de presente y de futuro. Si la reforma se encamina a garantizar esto y se abre al diálogo y la negociación todo el tiempo que sea necesario, me parece bien la iniciativa, pero también creo que no es el momento adecuado para abrir el debate ahora, se debería esperar a que se recupere la situación de normalidad alterada por la pandemia y el estado de alarma", opina el rector de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, Vicente Guzmán.

El Ministerio de Universidades dio a conocer la semana pasada el nuevo borrador del real decreto de ordenación de la enseñanza universitaria que plantea grandes cambios como la reaparición del polémico modelo 3+2 (grados de tres años más un máster de dos), itinerarios académicos abiertos que permitan cursar asignaturas de varias carreras y un mayor peso de las prácticas en empresas.

Uno de los aspectos más llamativos de la nueva normativa es la reaparición de los grados de tres años y el malogrado modelo 3+2, que ya propuso en su día el Gobierno del PP y que fue duramente criticado, incluido por socialistas y rectores.

Otro importante cambio son los Grados o Másteres con Mención Dual. La parte práctica en empresa debe ocupar entre el 25% y el 50% de los créditos en los títulos de 4 años y entre el 20% y el 40% de los créditos en títulos de grado de tres años. En el caso de los másteres: "al menos un 40% de los créditos o como mínimo 30 créditos". Dentro de estos porcentajes deberá incluirse el trabajo fin de grado o de máster.

El Gobierno lleva varios meses trabajando en este decreto, que ha hecho público en plena pandemia, cuando las universidades llevan más de dos meses cerradas por el Covid-19 y el foco mediático se centra en otro problema mayor.

El plazo de consulta pública inicialmente terminaba el pasado viernes 8 de mayo, pero Castells lo ha ampliado 15 días más una vez que finalice el estado de alarma "a petición de los sindicatos, para que los colectivos tengan más tiempo para entregar observaciones".

Vicente Guzmán, rector de la UPO, explica a este periódico que tanto la CRUE (Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas) como la Asociación de Universidades Públicas de Andalucía ha manifestado la necesidad de estudiar la configuración del mapa de titulaciones de grado y de postgrado pero no la de modificar la estructura de las enseñanzas.

"Hay titulaciones que deben preservarse a toda costa frente a criterios economicistas que pueden plantear su supresión o disminución, y titulaciones que deben crearse ex novo para formar a los estudiantes en la respuesta a los retos y necesidades de la sociedad, no sólo de la empresa, que se vislumbran de presente y futuro. Y hay que adaptar los contenidos de titulaciones actuales con el mismo fin. Algunas de las cuestiones planteadas en el borrador de reforma pueden ayudar a esto y otras no. En todo caso, no parecía necesario tocar la actual estructuración de la enseñanzas", subraya el rector de la UPO.

"Las universidades y sus comunidades universitarias están ahora concentradas en superar académicamente de la mejor manera posible los retos sobrevenidos a raíz de la pandemia asociados a la docencia y evaluación virtual, y en tratar de planificar de la mejor manera posible el próximo curso académico, todo lo cual representas una gran carga de trabajo y responsabilidad. Sería más oportuno plantear, debatir, discutir y negociar la reforma que planeta el Gobierno en un contexto de normalidad", comenta Vicente Guzmán. "Ahora no es el momento más adecuado".

stats