Cinco años de cárcel por matar a dos ciclistas en un atropello

El acusado pagará 430.000 euros a sus familias y a dos heridos que sobrevivieron al accidente en Lérida

Agencias

Lérida, 08 de noviembre 2017 - 19:45

La titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Lérida ha condenado a cinco años y medio de cárcel a O. S., el joven de Aitona de 26 años que la mañana del 6 de septiembre de 2015 atropelló en la localidad ilerdense de Soses mortalmente a dos ciclistas e hirió a otros dos del Club Ciclista de Seròs (Lérida), explicó el abogado del Ayuntamiento de Seròs y del Club Ciclista, Xavier Prats.

La juez le impone una pena de cuatro años de prisión como autor de dos delitos de homicidio por imprudencia grave y otros dos delitos de lesiones por imprudencia en concurso con un delito de conducción bajo la influencia de bebidas alcohólicas, y otra pena de un año y medio de prisión por un delito de omisión del deber de socorro, y le prohíbe conducir durante un periodo de seis años, según informó el diario Segre.

El joven deberá indemnizar, de forma conjunta y solidaria con la compañía de seguros, con 430.108 euros a los familiares de los fallecidos y a los dos ciclistas que sobrevivieron al atropello. En el juicio, que se celebró el pasado 10 de octubre, el acusado contó que se durmió al volante y no vio a las víctimas, reconoció que había bebido la noche anterior al accidente y relató asimismo que se marchó del lugar del siniestro y se escondió porque un ciclista fue hacia él profiriéndole insultos.

Los hechos ocurrieron el 6 de septiembre de 2015, a las 08:00 horas, cuando el condenado invadió el carril contrario de la LP-7040 por el que circulaban los cuatro ciclistas. Tras atropellarlos, el conductor realizó una frenada de más de 40 metros y huyó a pie hasta esconderse en el campo. Finalmente, fue detenido por los Mossos d'Esquadra en su propio domicilio.

"Salí de fiesta, no había dormido, el día anterior había estado trabajando", afirmó en durante la sesión en el juicio, en el que también aseguró en una ocasión que ese día bebió dos copas y en otra que había ingerido whisky.

El joven se sentó en el banquillo acompañado de su padre por la responsabilidad subsidiaria de su progenitor al ser propietario del coche con el que se produjo el atropello mortal.

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