Tres meses sin rastro de Émile, el pequeño que desapareció de casa de sus abuelos
El niño estaba pasando unos días de vacaciones en un pueblo del sur de Francia en el que residen sus abuelos.
¿Cómo continúa la investigación de la desaparición del pequeño Émile en Francia?
Émile tenía dos años y medio cuando desapareció el pasado mes de julio en la zona de la Alta Provenza, en los Alpes franceses. Iba a pasar unos días de vacaciones junto a sus padres y tíos en casa de los abuelos, una vivienda ubicada en una zona rural con muy pocos habitantes. Según las últimas investigaciones, el pequeño debió salir de la casa hacia el jardín en el momento en el que los adultos estaban distraídos.
No era raro que Émile recorriera el jardín de la vivienda persiguiendo alguna mariposa o jugando, pero ese día no volvió a aparecer. Sus familiares no tardaron en empezar a buscarlo por los alrededores de la finca y por la zona de bosque colindante. Las últimas personas que lo vieron aseguraron que estaba solo y que se encontraba cerca de la casa.
A pesar de las numerosas batidas que se hicieron por la zona no se halló ni una sola pista sobre el paradero del pequeño.
Nueva vía de investigación
Más de dos meses después de la desaparición de Émile, el niño francés de dos años y medio, se abría una nueva vía de investigación a finales de septiembre. Según publicaron medios galos, la Policía se centraría en los alrededores y el fondo de un lago de Le Vernet (Alpes de Alta Provenza). La zona fue inspeccionada previamente por buzos de la Gendarmería.
Se trata de un pequeño depósito de agua de unos 1.500 m², utilizado habitualmente en caso de incendio. Sin embargo, las pesquisas estuvieron motivadas más por el deseo de los investigadores de ser completamente exhaustivos que por la aparición de nuevas pruebas, indicó el medio Libération. El lago ya había sido registrado en las últimas semanas, pero no se había encontrado ningún rastro del niño.
Antes de esto los agentes que investigan el caso analizaron un pozo cercano a la zona, inspeccionaron la casa de los abuelos y llevaron a cabo registros en otra vivienda de la aldea de Haut-Vernet, a unos cientos de metros del domicilio familiar donde Émile pasaba unos días de vacaciones.
En concreto, destruyeron una losa de hormigón que se había colocado durante las obras del pasado verano y que ya había sido parcialmente excavada. Una vez más, no se encontró ni rastro del niño.
La desaparición de Émile sigue siendo un misterio a día de hoy, a pesar de la intensa búsqueda y de una investigación que se ha ampliado para incluir motivos criminales.
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