Causa criminal

La peculiar historia de la joven Maje, la Viuda Negra de Patraix

Foto durante el juicio en el que se acusa a María Jesús Moreno

Foto durante el juicio en el que se acusa a María Jesús Moreno / Manuel Bruque (EFE)

María Jesús Moreno, más conocida como ‘Maje’, nació en Novelda, un pueblo de Alicante, en 1990. Hija de una familia muy religiosa con cinco hijos, sus profesoras la recuerdan como una alumna muy aplicada a la que le encantaba disfrazarse y se le daban bien las manualidades.

Maje conoció a Antonio cuando ella tenía 21 años y el 30. Era compañero de facultad de su hermano mayor. Había estudiado Ingeniería y solía ir por casa de Maje con frecuencia.

A pesar de la diferencia de edad, Antonio, que nunca había tenido una relación sentimental, se enamoró perdidamente de ella. Se casaron al poco tiempo y se fueron a vivir juntos a Valencia, donde Maje comenzó a trabajar como enfermera en el Hospital Casa de la Salud. Para ella salir del pueblo había supuesto toda una liberación.

Tan es así que en periodos vacacionales quien volvía al municipio era Antonio en solitario mientras Maje se quedaba en la capital.

En su trabajo, la joven conoció a Salva, un celador de 47 años, casado con otras sanitaria que también trabajaba en el mismo centro sanitario. Ambos tuvieron un acalorado romance que duró unos meses hasta que Maje empezó a comentarle que su marido, Antonio, la estaba amenazando con echarla de casa y que no la trataba bien.

El asesinato

El 16 de agosto de 2017 Salva asestó seis puñaladas a Antonio hasta acabar con su vida en el interior de un garaje en el que éste guardaba su coche. Cuando cometió el crimen se reunió con Maje para contarle lo sucedido.

Entre los dos habían estado planeando el asesinato desde hacía tiempo. De hecho tenían intención de ejecutarlo un mes antes, pero Antonio no estaba usando esa plaza de garaje en julio, por lo que tuvieron que esperar hasta agosto. Las llaves del sitio se las facilitó Maje a Salva.

Durante las semanas posteriores al crimen, los amantes decidieron dejar de verse para no levantar sospechas ante la Policía, pero en octubre retomaron sus encuentros con frecuencia. Salva no sería detenido hasta el 10 de enero del año siguiente.

La trampa de la Policía

En los días que pasaron entre la muerte de Antonio y la detención, Maje y Salva mantuvieron conversaciones. Algunas fueron grabadas por la Policía, que tendió una trampa a Maje. El hermano de Antonio habló con ella por un tema de la herencia y le comentó que la Policía ya tenía pistas sobre el asesino. Esto puso nerviosa a la mujer, que inmediatamente comunicó a Salva la noticia. Éste no pudo soportar la presión y decidió autoinculparse.

Las intervenciones de tres teléfonos permitieron a la policía descubrir la doble vida que llevaba Maje con varios amantes y lo liberada que se sentía tras la muerte de su marido.  

En un primer momento Salva exculpó a Maje de todo, pero luego se retractó y confesó que ella había ideado junto a él el asesinato. Maje contó que sabía lo que había pasado, pero que ella no había formado parte de la planificación. A pesar de estas declaraciones, Maje fue condenada a 22 años de cárcel por inducir a Salva a asesinar a Antonio.

Maje espera un bebé

La joven, de ahora 32 años, está cumpliendo condena desde entonces en la cárcel mixta de Picassent en la que, según cuentan los funcionarios, se adaptó rápidamente y empezó a tener relaciones con varios presos.

Tras cinco años de condena, Maje se ha quedado embarazada dentro del mismo centro penitenciario. El padre del bebé es otro recluso, David, que también cumple condena por asesinato.

Debido a sus circunstancias ésta será trasladada a una cárcel habilitada para mujeres con hijos en la que gozan de algo más de libertad y en que pueden permanecer junto a sus bebés hasta que alcancen los tres años de edad, momento en el que debe acogerlos la familia extensa o, en su defecto, los servicios sociales de la Comunidad.  

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