Los rayos UVA largos, la nueva amenaza solar

Científicos alertan sobre la necesidad de protección por su mayor peligro sobre la piel. Sólo 1 de cada 4 españoles se protege cuando está en la ciudad.

Redacción

Madrid, 23 de julio 2013 - 17:39

En estos días de pleno verano en los que los que la radiación solar es más intensa, incluso durante los días con mayor presencia de nubes, los científicos anuncian el descubrimiento de un nuevo tipo de rayos solares que pueden provocar daños a largo plazo e incluso a nivel celular. Se trata de los UVA largos, que representan el 75% de todas las radiaciones ultravioletas según las últimas investigaciones.

“Nos hemos dado cuenta que los UVA largos pueden penetrar de una manera más profunda en la piel, debido a su mayor longitud de onda y provocar daños en los tejidos, no sólo inflamándose y provocando fotoenvejecimiento, sino que pueden provocar daños celulares a largo plazo”, afirma Carolina Rodríguez, miembro de la dirección científica de L’Oreal. Los UVA largos modulan significativamente la actividad de los genes cutáneos y alteran las funciones fisiológicas de la piel, incluyendo a los genes implicados en las reacciones alérgicas, en los desórdenes pigmentarios, el envejecimiento prematuro e incluso en el desarrollo del cáncer.

Sólo 1 de cada 4 españoles actualmente se aplica protección solar en ciudad. Para la gran mayoría de los habitantes, crema solar sigue siendo sinónimo de verano: más del 43% de la población afirma que la playa es el único lugar donde nos aplicamos la crema, a lo que se suma un 18% que dice que sólo se aplica crema al estar de vacaciones, independientemente de que sea la playa, la piscina o la montaña. Sólo el 15% de los españoles usa protector solar durante todo el año, sobre todo mujeres frente a hombres, según el estudio sobre el uso de cremas solares de LF Channel.

En la ciudad no estamos libes de afecciones por el sol y, tanto si trabajamos al aire libre, como si simplemente nos tomamos algo en una terraza, se recomienda incidir en zonas como la cara, los hombros, los brazos y piernas, pero también en otras olvidadas, como la nuca, la parte trasera del cuello, los empeines de los pies con calzado abierto o el cuero cabelludo si tenemos poco pelo.

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