Tomar el sol es una de las prácticas más repetidas durante estos meses de verano. No en vano, el astro rey dota de numerosos beneficios a nuestro organismo, los cuales van desde fortalecer nuestros huesos o disminuir la presión arterial hasta mejorar nuestro sistema inmunológico. La luz solar es tan importante para nuestra salud que sin ella no seríamos capaces de producir una sustancia con un papel tan importante como es la vitamina D.

No obstante, los expertos recomiendan que la exposición solar se realice con precauciones, debido a que si no se toman las medidas pertinentes aumenta el riesgo de padecer cáncer de piel o quemaduras. Otro de los factores que se debe tener en cuenta es las posibles alergias al sol ya que pueden provocar complicaciones de salud sino cuentan con la protección adecuada.

¿Soy alérgico al sol?

El término alergia al sol engloba a todas aquellas enfermedades producidas por la exposición a la luz solar, las cuales provocan sarpullidos y picores en las áreas de nuestra piel expuesta. Su signo más característico es la erupción polimorfa lumínica o alergia solar. Las causas de estas afecciones son muy variadas y van desde la propia genética hasta factores externos como el uso de medicamentos, ya que algunos productos químicos pueden hacer a nuestra piel más vulnerable. No obstante, se desconocen los motivos que lleva a algunas personas a padecerla

También existen diversos niveles de alergia, en los cuales los casos leves no necesitan tratamiento y sus síntomas desaparecen con el tiempo. Sin embargo, para aquellos pacientes que la padezcan de forma más grave puede ser necesario el uso de tratamientos que impliquen esteroides o cremas especializadas. De hecho, estos tipos de casos requieren medidas de prevención ante la exposición solar más rígidas así como el uso de ropa que las proteja de los rayos solares. 

En cuanto a los síntomas estos variarán en función de la causa. De forma general, el área de piel afectada puede mostrar enrojecimiento, picazón, dolor, descamación, sangrado, costras, ampollas, bultos con manchas elevadas o ronchas. Normalmente estos signos tan solo se manifiestan en la parte expuesta al sol, tras algunos minutos si se padece de alergia grave al sol o pasadas algunas horas. Se debe acudir a un especialista médico cuando el fruto de la exposición solar se traduzca en reacciones cutáneas molestas, persistentes o fuera de lo común.

Las personas con piel clara sufren mayor riesgo ante la exposición al sol que personas con otra raza de piel, al igual que las personas que padecen dermatitis o las que cuentan con familiares cercanos que padezcan este tipo de afección. Por ello, se recomienda seguir las medidas de prevención para la exposición solar, como evitar el sol durante las horas puntas del día (entre las 10:00 y las 16:00 horas); no tomar el sol de manera prolongada en grandes exposiciones; usar protector solar de al menos 30 FPS y utilizar tanto gafas de sol como ropa protectora.