Hacen un ‘simpa’ en un restaurante y la dueña las persigue hasta su alojamiento gracias a las redes

El suceso tuvo lugar en una pequeña localidad costera italiana y la propietaria del local consiguió que le pagaran los 44 euros de la cuenta

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'Simpa' de dos turistas francesas
'Simpa' de dos turistas francesas / I Due Re
M. H.

27 de agosto 2025 - 09:38

En Civitanova Marche, una pequeña ciudad costera de Italia, lo que parecía un simple incidente se convirtió en una historia de perseverancia y justicia en la que los usuarios de la red social Facebook se convirtieron en colaboradores de una propietaria indignada. Todo comenzó en una noche veraniega, cuando dos turistas francesas, de 35 años, cenaron en I Due Re, un concurrido local que combina restaurante y discoteca. Entre pizzas recién horneadas y varios spritz, la velada transcurrió sin incidentes… hasta el final: las dos mujeres se marcharon sin pagar una cuenta de 44 euros.

La propietaria, Michela Malantini, de 52 años, descubrió poco después el engaño. No era la primera vez que alguien intentaba irse sin abonar, pero esta vez decidió poner un límite. No le dolía la cantidad, sino el desprecio hacia su trabajo y el esfuerzo de su equipo. Indignada, revisó las cámaras de seguridad y allí estaban: las dos turistas saliendo tranquilamente del local. Michela no dudó. Publicó la imagen en Facebook, sin insultos ni amenazas, solo con una petición clara: ¿alguien sabe quiénes son y dónde se alojan?

La respuesta fue inmediata. En pocas horas, la comunidad le proporcionó pistas y direcciones. Con esa información, al amanecer Michela se presentó en el alojamiento de las francesas con la factura en la mano. Según ha contado la propia Michela en varios medios italianos, cuando las despertó no hubo reproches ni gritos. Les mostró el vídeo de las cámaras y, con calma, les preguntó si recordaban algo de la noche anterior. Las mujeres, sin excusas, sacaron el dinero y pagaron.

Aunque reconoce que en temporada alta este tipo de situaciones son frecuentes, Malantini rara vez recurre a la policía. Prefiere resolverlo a su manera. Esta vez, su método no solo funcionó: se volvió viral en toda Europa. Medios como La Repubblica y The Guardian destacaron su temple y la claridad de su mensaje: no se trata de 44 euros, sino de respeto. Como ella misma resumió: “Si la gente empieza a pensar que puede venir, comer y marcharse sin pagar, se convierte en un problema”.

El episodio se ha convertido en una especie de justicia viral: por dos pizzas y cuatro cócteles, una dueña demostró que la dignidad y el esfuerzo también se defienden en pequeñas batallas, lo que, sin dua, ha sido muy aplaudido en las redes sociales.

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