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Sociedad

Una de cada cinco titulaciones universitarias deja el 25 % o más plazas vacantes

Alumnos enfrentándose a una de  las pruebas de  Acceso a la Universidad en la Facultad de  Medicina de  Cádiz

Alumnos enfrentándose a una de las pruebas de Acceso a la Universidad en la Facultad de Medicina de Cádiz / Miguel Gómez

Casi 10 de cada 100 plazas ofertadas en grados en la universidad pública no se cubren en la preinscripción y una quinta parte de las titulaciones dejan el 25% o más de las plazas vacantes, según un informe de la Fundación CYD 2022, que alerta del desajuste entre la cantidad de graduados y los puestos de trabajo.

Según datos de Eurostat, en 2021, el 75% de la población adulta española (entre 25 y 64 años) tenían estudios superiores (40,7%) o los mínimos obligatorios (36,1%), mientras en la UE la tendencia es distinta: una mano de obra con formación superior (33,4%) o con estudios de grado medio (46%) y con mínimos obligatorios, un 20,6%.

En 2021 España registraba la quinta menor tasa de actividad de la UE para sus egresados superiores y la segunda tasa de paro más alta, ha subrayado en rueda de prensa Ángela Mediavilla, responsable del gabinete técnico de la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CYD), acompañada por su vicepresidente, el catedrático Francesc Solé Parellada.

Estas cifras, explica el informe presentado hoy, sugieren que en nuestro país debe potenciarse la relevancia de los estudios de nivel medio, lo que "encajaría mejor con su estructura productiva y ayudaría a mejorar el dato de sobrecualificación de los graduados superiores al disminuir su oferta".

"La realidad es que en España cada vez hay más graduados superiores. La universidad española tiene un gran potencial en la formación de talento, pero su capacidad debería alinearse con las necesidades del sector productivo actual e imaginar las del futuro", añade el estudio, que hace un diagnóstico del sistema e identifica las prioridades para el futuro de la universidad.

Según Solé Parellada, una de las vías de solución a este desajuste es centrarse en "una buena orientación" al estudiante y aprovechar los "escalones" que hay desde la educación secundaria obligatoria a la universidad.

Diferencias en la insercción laboral

"Es raro lo que pasa, entiendo que la generación de los últimos 20 años los padres tenían la idea de que si no vas a la Universidad has fracasado", pero esto no es así y hay que hacer una apuesta por la formación de nivel medio.

Los ámbitos de ingeniería, industria y construcción e informática son los que obtienen los mejores indicadores de inserción laboral y, en cambio, ha disminuido su matricula en los últimos 20 años. En artes y humanidades o servicios, con indicadores de inserción laboral inferiores, la demanda y el número de graduados ha aumentado.

Salud ha sido el único campo con una buena inserción laboral que también ha incrementado su número de egresados, ha señalado Mediavilla.

De aquí se desprende la necesidad de mejorar la información y la orientación de los futuros universitarios para, a su vez, disminuir los desajustes entre oferta y demanda de titulaciones, ha añadido al respecto Solé Parellada.

Otra particularidad del sistema es que en el curso 2021-2022 continuó el aumento del número de titulaciones.

Por otro lado, señala que la universidad pública necesita más financiación y una mayor autonomía de gestión acompañados de un sistema de rendición de cuentas basado en los resultados y no en la gestión administrativa.

Menos inversión que la OCDE

Según el informe Education at a Glance 2022 publicado por la OCDE, en 2019 las instituciones de educación superior españolas destinaban en promedio 14.237 dólares por alumno, cifra un 19% inferior a la de la OCDE, lo que posiciona a España en un lugar intermedio-bajo en el conjunto de los países de la OCDE.

Junto con Italia, España es el país de la UE22 con menos porcentaje de participación de los fondos públicos en el gasto en instituciones de educación superior (de hecho, la distancia de España respecto a la UE22 no ha mejorado una vez empiezan a recuperarse el resto de los países e indicadores económicos).

Por otra parte, las condiciones laborales de las mujeres graduadas siguen sin concordar con los buenos resultados académicos obtenidos. En 2021 las graduadas superiores tenían una mayor tasa de temporalidad, un mayor porcentaje de empleo a tiempo parcial, y había un mayor número de parados mujeres que hombres. También sus ingresos eran inferiores y representaban el 76,6% de sus homónimos masculinos.

Según ha resumido Mediavilla, entre las principales prioridades de cara al futuro de la Universidad figuran aumentar la inversión en educación superior; hacer frente al envejecimiento de la plantilla universitaria; hacer que la I+D más impacto, la internacionalización del sistema y mejorar el acceso y la equidad, pues hay una infrarrepresentación de alumnos procedentes de un contexto socioeconómico más humilde.

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