La Campaña

La falta de riego pone en jaque al sector del ajo de Córdoba, que se puede ‘mudar’ a la Mancha

  • La duda ha surgido a los productores del ajo de Montalbán, donde se cultivan desde cada septiembre unas 2.000 hectáreas, al tener solo asegurado el primer riego, el de la siembra

  • La fuga de la siembra del ajo afectaría a la primera fase de la mano de obra, la de la recogida. Cada campaña genera entre 400.000 y 500.000 jornales, para lo que se necesitan entre 2.000 y 3.000 personas

La falta de riego pone en jaque al sector del ajo de Córdoba, que se puede ‘mudar’ a la Mancha

La falta de riego pone en jaque al sector del ajo de Córdoba, que se puede ‘mudar’ a la Mancha / D. A.

La posibilidad de no disponer de agua para el riego del ajo ha provocado que los principales productores de Andalucía, que se encuentran en Montalbán (Córdoba), busquen parcelas con pozos que garanticen las irrigaciones necesarias, lo que abre la posibilidad de la fuga de la siembra de parte de la producción de la próxima campaña, fundamentalmente hacia Castilla-La Mancha.

El presidente de la Mesa Nacional del Ajo de ASAJA, Miguel del Pino, considera que aún no es evaluable el número de hectáreas de ajo andaluz que podrían sembrarse “en Castilla-La Mancha o donde haya riego con pozos, que es más seguro que el riego en el Genil-Cabra o en el Guadalquivir”, aunque cualquier traslado tendría consecuencias en la mano de obra agraria en la primera parte del proceso de producción, precisó.

Cerca del 40 de la superficie de ajo cultivada en Andalucía corresponde a la provincia de Córdoba.

La duda ha surgido a los productores del ajo de Montalbán, donde se cultivan desde cada septiembre unas 2.000 hectáreas, al tener solo asegurado el primer riego, el de la siembra, ya que “a partir del 31 de octubre se cortan todos los riegos”, afirma Del Pino. Será entonces cuando la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir decida “qué agua hay, para qué productos y cultivos, si no se le da agua a nadie o únicamente a los cultivos arbóreos para que no se estropeen o a la lechuga o al ajo, por ejemplo. Ahí está el tema y el peligro para este año para el ajo”, señala el dirigente empresarial, que apunta que “el dilema está ahora mismo en la zona de riego del Genil-Cabra y en el Guadalquivir”, de donde se abastece la zona de Montalbán. Por eso, la mayor parte de la docena de grandes productores montalbeños están buscando parcelas que tengan garantía de abastecimiento de agua a través de pozos. Alguno ya la ha localizado sin tener que recurrir a salir de Andalucía, pero “es posible que muchos se vayan a la zona de La Mancha donde el agua es de pozo”.

La fuga de la siembra del ajo afectaría a la primera fase de la mano de obra, la de la recogida. Cada campaña genera entre 400.000 y 500.000 jornales, para lo que se necesitan entre 2.000 y 3.000 personas, muchas de ellas concentradas en la recogida, un volumen que se verá en parte disminuido en Montalbán, que atrae empleo de otras poblaciones, ya que las cuadrillas que recogen el ajo de la tierra y lo cortan en el campo las forman entre 100 y 200 personas por plantación. El resto del proceso, apunta Del Pino, no se verá perjudicado en la mano de obra porque la selección, empaquetado y distribución continuarán realizándose desde las instalaciones de empresas de Montalbán.

La comunidad autónoma andaluza cuenta con 4.620 hectáreas sobre las 28.214 del total nacional, de las que 21.061 corresponden a Castilla-La Mancha. Cerca del 40 de la superficie de ajo cultivada en Andalucía corresponde a la provincia de Córdoba.

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