El ataque a Alejo Vidal-Quadras, que ha recibido un disparo en la cara este jueves en Madrid, podría estar relacionado con sus vínculos con la oposición al régimen iraní, según ha declarado a la Policía el propio ex presidente del PP de Cataluña y candidato de Vox a las elecciones europeas de 2014.

Las primeras informaciones apuntaron a que los atacantes podían pertenecer a una banda especializada en robo de relojes. La Policía descartó desde el inicio que el tiroteo tenga un móvil ideológico y apuntó a la obra de un sicario, han informado a EFE fuentes de la investigación.

Las Fuerzas de Seguridad siguen buscando a la persona que, sobre las 13:30, le ha disparado en la cara junto a su casa en la calle madrileña de Núñez de Balboa.

Desde el primer momento, los investigadores han apuntado a un crimen por encargo cometido por un profesional y, de hecho, ha sido el grupo de Homicidios el que se ha encargado de las pesquisas.

El autor del disparo ha huido en una moto, con la cabeza cubierta por un casco negro. La Policía investiga si se trata de la misma moto que ha aparecido quemada en un paraje de Fuenlabrada, al sur de Madrid, horas después.

Vidal-Quadras, de 78 años, ha sido intervenido de una doble fractura de mandíbula, pero está estable y su vida no corre peligro.

Testigos del suceso

Testigos del ataque han trasladado a Europa Press que el político aseguró no conocer a su agresor, mientras que conseguía preguntar "con dificultad si iba a volver" el tirador una vez que estaba siendo auxiliado por un viandante, que le ha taponado la herida con su jersey.

Varias personas han visto huir al agresor con un casco negro, primero alejándose del lugar de los hechos andando y después corriendo. Dos trabajadores de una empresa de reformas han sido testigos de los minutos posteriores a la agresión al encontrarse en el número frente al del suceso, apoyados en una furgoneta. Vidal-Quadras "se ha quedado en el contenedor, de pie, y un chico, estaba taponándole la herida. El chico estaba en manga corta y estaba perdido de sangre", han explicado.

Los mismos trabajadores han confirmado que la Policía ha tardado "cuatro minutos" en llegar y no han podido ver cómo el agresor "se iba andando deprisa al principio", con un casco negro en la cabeza, "y luego ya ha echado a correr por la acera" hasta una moto en la que ha huido.