Los canales, con la crisis, tiran del éxito de los concursos
¿Quién quiere ser millonario?, Rico al instante, El juego del Euromillón. Todos estos concursos tienen algo en común: la posibilidad de ganar grandes sumas de dinero de forma rápida y sencilla, y un título que sugiere que es posible prosperar tomando atajos. Por ello, los concursos se han convertido en el clavo ardiendo al que se agarran cada vez más personas en España, con la esperanza de intentar mejorar una situación económica familiar en ocasiones precaria.
Algunos requieren conocimientos excepcionales, habilidades especiales o, simplemente, aguantar tres meses encerrado en una casa. Pero el objetivo siempre es el mismo: conseguir dinero fácil. El juego de El Euromillón acaba de regresar a Telecinco tras ocho años de ausencia y precisamente, este regreso es un síntoma de la rentabilidad de los concursos de televisión en épocas de vacas flacas: los índices de participación mejoran, la audiencia sube y, por consiguiente, los ingresos publicitarios de las cadenas también. De hecho, esta es una de las razones que han movido a Telecinco a retrasar el informativo del mediodía para poner en su lugar El Euromillón, de la mano de Eva González, una presentadora con mucho tirón entre el público. La cadena privada cuenta además en su parrilla con el concurso más seguido en la actualidad, Pasapalabra (21,3 de share y 2.630.000 espectadores), que registra cifras récord cada vez que se entrega el bote del programa.
En el oscarizado filme Slumdog Millionaire, que se ha convertido en la película revelación de la temporada, la posibilidad de que un ciudadano humilde, que viene de la calle, se convierta en millonario de la noche a la mañana gracias al popular concurso Quién quiere ser millonario (que Antena 3 recuperará próximamente aprovechando el tirón de la película), logra paralizar a todo un país. La promesa de repartir cientos de miles de euros a diario es un gran atractivo para un público más sensibilizado que nunca con la economía, pero que es capaz de alegrarse cuando es otro el afortunado.
De hecho, la 'reina' de las mañanas televisivas no es Ana Rosa Quintana o Susana Griso, es La ruleta de la suerte. El veterano concurso es uno de los espacios más vistos de Antena 3 y lidera con holgura su franja (24,8 y 1.259.000 espectadores). ¿El gancho? una mecánica sencilla, dinero en metálico y un coche.
Conforme suben los índices de desempleo en España, aumenta también el número de participantes que se presentan al casting del programa, entre un 15 y un 20 por ciento, según Antena 3. El perfil de los concursantes también cambia y, ahora, cada vez más aspirantes marcan la casilla de "en paro" al ser preguntados.
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