En el coso de Alicante salen a hombros Juli y Manzanares

El madrileño corta cuatro orejas y el alicantino tres en un triunfal mano a mano, en el que lidiaron un encierro terciado y manejable de la vacada de Zalduendo

Manzanares durante su actuación de ayer en el patio de su casa: la plaza de toros de Alicante.
C. Crespo (Burladero) / Alicante

20 de junio 2010 - 01:00

GANADERÍA: Toros de Zalduendo, terciados y desiguales de presentación. En juego, manejables. TOREROS: Julián López 'El Juli', dos orejas, oreja y oreja. José María Manzanares, oreja, saludos y dos orejas. INCIDENCIAS: Plaza de toros de Alicante. Tercera de la Feria de Hogueras. Tres cuartos de entrada.

Julián López El Juli y José María Manzanares salieron en hombros en la primera corrida de las Hogueras de Alicante después de una importante tarde del madrileño en la que su variedad, disposición y entrega fueron la nota dominante. Manzanares, que se estrelló con sus dos primeros toros, arreó con el sexto, un toro noble al que desorejó tras una templada faena.

El madrileño paseó las dos orejas del primer toro de la tarde en Alicante, un ejemplar de paupérrima presencia de Zalduendo, justo de raza al principio pero noble en la muleta, con el que el madrileño estuvo fácil, seguro y templado en una faena a más.

Los mejores momentos llegaron sobre la mano diestra, por donde bajó el trasteo Julián, que comenzó aliviando al toro en las primeras series en línea para después exigirle más y llegar a los tendidos con las series finales, iniciadas con circulares y rematadas con cambios de mano a lo grande. Un espadazo sin puntilla desató la petición del doble trofeo.

Otra más sumó tras la importante faena al tercero, un ejemplar más correcto de presencia y también manejable aunque sin fuerza, con el que Julián estuvo todavía mejor. El madrileño lo recibió con temple a la verónica y quitó por chicuelinas para protagonizar después una faena inteligente y ayudándolo mucho, siempre a su altura, rematada con varias series de circulares que llegaron mucho a los tendidos, que tras una estocada trasera y desprendida pidieron con fuerza las dos orejas. Una concedió el palco.

El quinto fue un toro rebrincado y sin celo con el que puso la plaza a favor en un quite por tafalleras y faroles. Inició su faena de rodillas en los medios y después volvió a imponerse a otro ejemplar con solvencia, rematando de otra estocada.

Manzanares consiguió otra del segundo, un toro terciado y noble pero sin fuerza ni transmisión, con el que el alicantino puso ganas y lo intentó en series cortas y a media altura, ya que nunca pudo obligar al de Zalduendo. Una gran estocada puso en sus manos el trofeo. El cuarto fue un toro sin raza ni fuerzas, con el que Manzanares apenas pudo lucir en dos series breves sobre la mano diestra. Después el toro se paró y la faena se acabó.

Sin embargo, el alicantino se desquitó con el sexto, un toro con un noble pitón derecho ante el que salió arreado. Se lo sacó José Mari a los medios para asentarlo sobre la mano diestra en un par de tandas cortas para después cuajarlo por ese pitón con series muy templadas y de largo trazo. Aunque no hubo acople al natural con un toro reservón por ese pitón, una estocada puso en sus manos las dos orejas.

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