Antonio Ferrera y El Tato, puro toreo entre diestro y apoderado

Concluye la edición de este año de las jornadas de tauromaquia Ciudad de Algeciras

El Tato y Emilio Trigo aplauden a Ferrera al recordar la buena corrida del diestro en Lisboa el jueves.
El Tato y Emilio Trigo aplauden a Ferrera al recordar la buena corrida del diestro en Lisboa el jueves.
D. C. Algeciras

08 de junio 2013 - 01:00

La 28ª edición de las Jornadas de Tauromaquia Ciudad de Algeciras tocaron ayer a su fin con la presencia de Antonio Ferrera y la de Raúl Gracia 'El Tato'. La convocatoria se llamó Una conversación de torero a torero y se habló mucho del torero que es el primero y del torero que fue el segundo, pero sobre todo, a propósito, resultó una muy interesante reflexión sobre el toreo y sus conceptos, su esencia.

La cita transitó de forma natural por esos derroteros. Fue lo natural porque, como es sabido, El Tato es ahora el apoderado de Ferrera y esa relación, el intercambio de experiencias, los pareceres, consejos, sembró las intervenciones. Y de lo que hablan apoderado y diestro, entre otros elementos, claro, es de cómo es y debe ser el torero, su toreo, el toreo en definitiva.

Se hablaba de la especial vinculación de Ferrera y de El Tato con la ganadería de Victorino Martín, de los grandes triunfos que decoran las carreras de ambos con esos astados. De cómo es el toro de Victorino, de cómo hay que enfrentarlo. Ferrera señaló que los enemigos de esa cuna saben adaptarse a los conceptos de toreo que se le transmitan. El Tato se mostró de acuerdo en que muchas veces hay que conseguir que el toro se adapte a las condiciones de quien lleva la muleta. Pura reflexión del arte de torear que seguían con atención desde los asientos del público jóvenes diestros.

De la profesión en sí misma también se departió con regularidad. El Tato, sin ínfulas, advirtió el papel que juega en la corrida "la inspiración y la suerte". "Pero cuanto más preparado se esté mejor. Para ser torero hay que trabajar mucho y añadirlo al talento", defendió. Ferrera hasta se comparó con un entrenador de fútbol que los días previos estudia al rival. "Hay que conocer las ganaderías y su personalidad". Toreo de nuevo.

Hubo ocasión de abordar a las dos figuras desde un prisma más personal. Ferrera por ejemplo narró que hace un tiempo se mirá al espejo (usó esa metáfora) y tras el ejercicio de introspección y análisis se ha convertido en el torero que es ahora, el que atraviesa un momento cumbre y que ha salido de San Isidro bendecido como triunfador.

Fue el diestro extremeño el que también tocó la fibra sensible del respetable. Lo hizo en sus primeras palabras, cuando indicó que le representaba "un orgullo y un honor" pisar la tierra de Miguelín, un "maestro" que marcó "muchísimo". Aplausos.

La charla, dirigida por el periodista Emilio Trigo, tuvo lugar en el edificio José Luis Cano, como todas las que han sucedido esta semana desde que el martes el magistrado Manuel Gutiérrez Luna pronunciara el pregón de las jornadas. Una cita que de nuevo ha congratulado a la afición con el ruedo de las palabras y los micrófonos.

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