Mansada de Alcurrucén y triunfo del mexicano Joselito Adame

Joselito Adame, en una manoletina al primer toro de su lote.
Joselito Adame, en una manoletina al primer toro de su lote.
J. A. Sandoval (Efe) / Santander

26 de julio 2014 - 01:00

En la jornada de Santiago, y cierra España, los titulares de prensa son para el mexicano Joselito Adame, que hacía su presentación en Santander y que abrió una Puerta Grande de poco peso específico, tras cortar una oreja a cada toro de su lote, en una tarde de fiasco ganadero.

El tercero, largo como un velatorio transilvano, se repuchaba en el caballo, del que salía embistiendo a oleadas y con andares de buey. Enroscarse aquella anatomía en la cintura debía ser como hacerlo con una pitón, así que Adame aprovechó la movilidad desclasada del animal por el pitón derecho para conducirlo en línea y a su aire.

Le buscó las vueltas y se las en contró, sobre todo en el primer tramo de una faena que fue de más a menos. El cañonazo con el estoque, a pesar de los dos golpes de verduguillo posteriores, desataban la alegría en unos graderíos repletos y festivos, y se abría la primera hoja de la puerta grande.

Con un público dispuesto a aplaudir cualquier atisbo de lucimiento, el azteca buscó la oreja que le faltaba a base de molinetes, giros desde los costillares y martinetes, ante el deslucido sexto. Y ya no más. Otro espadazo, fuerte petición y nuevo trofeo. Puerta grande de escasa importancia para abrochar la penúltima del abono santanderino.

Tuvo mérito la labor de Paco Ureña en el segundo, serio y con volumen, que apretaba mucho hacia los adentros y planteó problemas. Muy cruzado, hizo un serio esfuerzo para tirar de él hasta atrás, y lo consiguió con la derecha. Trataba de ser ético y profesional también al natural, y por poco pierde el corbatín de un pitonazo asilvestrado y montaraz.

Tampoco pasó un buen rato delante del quinto, un manso en toda regla que sembró el caos en los primeros tercios y al que le costó un mundo cuadrar, tras un intento excesivamente largo de Ureña por justificar su inclusión en el cartel, tras la baja de Miguel Abellán, cogido en Valencia.

El Cid, siempre con la muleta retrasada, no fue capaz de afincar al huidizo primero, que recorrió varias zonas del ruedo. En el cuarto, el torero saltereño se demoró mucho jugando al unipase.

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