Morenito de Aranda brilla al natural ante un buen toro

El diestro burgalés, con ligazón en su toreo con la izquierda, perdió premio tras fallar con los aceros · Urdiales y Tendero no pasan de discretos con lotes deslucidos

Morenito de Aranda, en un natural a su primer toro, de nombre 'Gracioso'.
Morenito de Aranda, en un natural a su primer toro, de nombre 'Gracioso'.
Luis Nieto

27 de mayo 2011 - 01:00

GANADERÍA: Corrida de El Cortijillo -propiedad de los hermanos Lozano y encaste Carlos Núñez-, con el denominador común de la mansedumbre, siendo pitado el primero. El mejor, el segundo, que embistió con profundidad en la muleta. TOREROS: Diego Urdiales, de gris y oro. Dos pinchazos y estocada (silencio). En el cuarto, estocada (silencio tras aviso). Jesús Martínez 'Morenito de Aranda', de azul y oro. Estocada y dos descabellos (saludos tras aviso). En el quinto, pinchazo, media y dos descabellos (silencio). Miguel Tendero, de azul y oro. Dos pinchazos y tres descabellos (silencio). En el sexto, casi entera y un descabello (silencio). INCIDENCIAS: Plaza Monumental de Las Ventas de Madrid. Jueves 26 de mayo de 2011. Casi lleno. Viento.

El espectáculo en Las Ventas resultó soporífero. El encierro de los hermanos Lozano, con el hierro de El Cortijillo, dio un pobre juego, careciendo principalmente de brío. De la terna, por el desacierto con los aceros, Jesús Martínez Morenito de Aranda perdió una oportunidad de oro para cosechar un éxito importante ante un toro que embistió con profundidad tras la muleta, especialmente por el pitón izquierdo. Ese fue el único acto en el que despertó el personal en una tarde soporífera. En cuanto al resto de la corrida, desigualmente presentada y con grandes dosis de mansedumbre, resultó deslucida por falta de poder.

Morenito de Aranda tuvo en suerte el mejor toro del festejo, el segundo, Gracioso, un astado negro, al límite en trapío. Manso en los primeros tercios, como el resto del encierro, embistió con profundidad tras la muleta, especialmente por el pitón izquierdo; que, por cierto, se partió durante la lidia. El diestro burgalés, tras aguantar con firmeza unas arrancadas violentas, confió al animal y brilló en tres series de bellos naturales y un gran pase de pecho. Tanto toro como torero fueron a más. Pero el toro tardaba en caer tras una estocada y el diestro, que escuchó un aviso, se precipitó con el verduguillo, fallando en un par de ocasiones. La faena, que era para premio, quedó en una ovación. Con el altote quinto, un toro deslucido, Morenito no dio con las claves para lucirse y falló con los aceros.

Diego Urdiales se las vio en primer lugar con el que abrió plaza, un cinqueño colorao, de buenas hechuras y cuerna acapachada, pero con aire enfermizo, que apenas podía con el rabo. El riojano dio pases y más pases sin conmover y sin acertar con los aceros. La película pareció repetirse con el cuarto, otro colorao; éste de escaso trapío, que fue protestado por su excesiva flojedad -perdió varias veces las manos- y que resultó manso y noblote, pero carente de brío. Urdiales lo finiquitó con certera estocada tras un trasteo que no pasó de correcto.

Miguel Tendero concretó una labor seria con el tercero, astado colorao de bella lámina y embestidas sin entrega. Ante el manejable sexto, sin apenas recorrido, el trasteo transcurrió ya entre una total apatía por parte de un público que, salvo con Morenito al natural con Gracioso, resultó excesivamente desabrido.

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