Miguel Ángel Perera, torero

"Sabía que habría represalias y no podía fallar ni una sola tarde"

  • El diestro extremeño, al que no contrataron los empresarios en las primeras ferias por encabezar el G-10, analiza su gran temporada, que califica de "atípica, difícil y dura".

Miguel Ángel Perera (Puebla del Prior, 1983) ha cuajado una gran temporada, pese a que no fue contratado en las ferias de Levante y Sevilla debido a su reivindicación en derechos de imagen. Apoderado por Fernando Cepeda, sin dependencia de trust empresarial, fue junto a El Juli -también con representante independiente: Roberto Domínguez- quien pagó más caro la apuesta del denominado G-10, constituido, entre otras cosas, para la citada reivindicación.

-¿Cómo definiría su temporada?

-Atípica, difícil, dura, pero a nivel personal y profesional me ha reportado mayor satisfacción y placer que ninguna otra.

-Sin opción en las primeras ferias, ¿el desgaste mental ha sido superior?

-Los que me conocen sabían de mi tranquilidad y serenidad. Era consciente de lo que debía hacer. Sabía que iba a haber represalias y no podía fallar ni una sola tarde.

-En el ruedo, ¿se desarrolló como quería?

-Sí. Desde Olivenza, donde estuve a un nivel grandísimo hasta el final ha sido una temporada completa, con el ritmo y la frescura que quería. Han sido 38 corridas. Lo único malo llegó con el percance -grave lesión en la séptima cervical- en Alicante, en junio; perdiendo varias corridas. Llevaba tan sólo media docena de corridas y en ese momento me frustré. Afortunadamente, me recuperé pronto y totalmente.

-¿Qué momentos fueron clave?

-Madrid fue un toque de atención. Pero lo más importante fue Bilbao porque supuso un punto de inflexión en el que, al margen de las orejas, salí muy responsabilizado, pero libre de presión, por lo que pude dar rienda suelta a lo que quería hacer. Faenas concretas, han sido muchas. Ahora mismo, recuerdo con cariño, entre otras, las de Cuenca, Ciudad Real, Hellín, Logroño, Vitoria y El Puerto. Pero destacaría el conjunto de la temporada.

-¿Qué ha supuesto esta campaña con respecto a las anteriores?

-Un salto cualitativo. He ganado a nivel artístico mucho.

-¿En concreto?

-En lo que siempre he buscado, en profundidad y largura y en despaciosidad y temple.

-No menciona la ligazón, base de su toreo.

-Y la ligazón. Siempre la he tenido presente. Si los muletazos son de uno en uno, se pierde la emoción.

-Hubo un período en el que perdió muchos trofeos por la espada ¿Le llegó a obsesionar?

-Mucho. Sobre todo porque no daba con la tecla. Hablé con el apoderado... con todo el mundo. Hubo un momento en el que no sabía por qué. De pronto, un día entra la espada y de nuevo encuentras el sendero adecuado.

-¿Cuál es el planteamiento de cara a la próxima temporada?

-A día de hoy es una incógnita. En circunstancias normales no debería haber problemas. Lo que me gustaría es no parar.

-Apoderamiento.

-Por supuesto, continuaré con Fernando Cepeda.

-La campaña americana.

-El 25 de noviembre toreo en Lima y hay muchas posibilidades de cerrar contrato con La México.

-Hace unos días mantuvo una reunión con el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, por la prohibición de los Toros en Bogotá...

-Las sensaciones son buenas. El presidente y su familia son aficionados. Allí, los departamentos tienen competencias propias y deciden independientemente del gobierno central. Por tanto, la prohibición es un tema político. El presidente nos ha recomendado los pasos que debemos dar. De momento se hará un informe, para el que se contará con intelectuales e intentaremos que los Toros sean declarados un Bien de Interés Cultural en Colombia.

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