Final del Ciclo de Promoción: el duelo es a cuatro
LA CANTERA
Bombita, Alejandro González, Julio Aparicio y Manuel Domínguez disputarán la victoria del XXXVIII ciclo de promoción de nuevos valores en la plaza de la Maestranza
Julio Aparicio se miró en el espejo de su tío
La personalidad de Bombita le coloca en el umbral de la final
El veredicto se conocerá pasada la medianoche, en el colofón del que se prevé larguísimo festejo en el que se dirimirá la victoria de este XXXVIII ciclo de promoción de nuevos valores de la torería. Será según el dictado del jurado de asesores artísticos de la presidencia -Luis Arenas, Antonio Ramón Jiménez, Gabriel Puerta y Rafael Torres- que también fue el encargado de designar a los cuatro clasificados de esta final inusual -pero no inédita- en la que se lidiarán ocho erales para cuatro aspirantes.
El certamen ha llenado las noches de los primeros jueves de julio de esa ecuación de ilusión, miedo y ganas de ser que no se puede entender sin el concurso de ese público familiar y juvenil -la afluencia de la juventud a las plazas en la era pos covid es impresionante e ilusionante- que le otorga su ambiente más genuino, adobado de la creciente cuota turística. Las excelentes entradas o el concurso de los numerosos y entusiastas seguidores de los chavales -tan necesario y tan positivo, como siempre fue- han sido otra de las constantes de esta edición que sí ha fallado en la aptitud de la mayor parte de los aspirantes presentados.
Bajo nivel…
Atrás han quedado los tres festejos clasificatorios, la elección de esta terna de finalistas y hasta dieciocho reses de tres hierros distintos que, con su variado comportamiento, han dado la medida de las posibilidades de los chavales anunciados.
El caso es que la terna escogida para dirimir la final, perfectamente legítima, ha sorprendido a los aficionados que tenían sus apuestas en algún nombre que ha podido quedar en el tintero. No deja de ser otro efecto colateral del bajo nivel de la tropa que ha pasado por la fase clasificatoria. ¿Se esperaba más? Indudablemente…
¿Están todos los que son? ¿Son todos los que están? Bombita, Alejandro González, Julio Aparicio y Manuel Domínguez son los aspirantes escogidos por el jurado para enfrentarse en la noche de este jueves al encierro reseñado de Gabriel Rojas. Tienen ante sí una valiosa oportunidad para dar un salto cualitativo y cuantitativo en sus respectivas carreras además de asegurarse, al menos en el caso del ganador, la vuelta al coso del Baratillo en calidad de novillero con picadores. Además está en juego el codiciado vestido de torear que regala al ganador la Real Maestranza, que también entregará –en la tradicional ceremonia de los premios taurinos y universitarios que concede el cuerpo nobiliario- un capote de paseo al segundo clasificado y otro de brega al tercero.
Ocho para cuatro
De los cuatro finalistas, sólo dos han logrado pasear un trofeo en los festejos previos. Hubo otro aspirante, un manchego presentado por la escuela de Ciudad Real llamado Javier Fernández, que cortó oreja en el primer festejo clasificatorio pero en la decisión del jurado -sin salir de esa primera novillada- acabó pesando el temple del albaceteño Alejandro González -que fue ovacionado- por encima de cualquier componenda.
El segundo festejo clasificatorio del pasado día 10 iba a arrojar al segundo finalista clasificado. La personalidad de Bombita, en trance de forja profesional y presentado por libre, iba a calar en el público maestrante. El descendiente de Manuel Torres, el menor de la dinastía de Tomares, paseó el único trofeo de la novillada y se convirtió en claro favorito a la final. Sorprendió su toreo de empaque y aplomo natural, sus chispazos de toreo alado...
Pero en el mismo espectaculo también iba a interesar la capacidad y la solvencia de Manuel Quintana, presentado por la Escuela del Círculo Taurino de Córdoba, y la sólida preparación de David Gutiérrez que llegaba a Sevilla con el aval del Patronato de Tauromaquia de Badajoz sin que ni uno ni otro hayan tenido cabida en la terna final.
Con este panorama llegamos al tercer festejo clasificatorio, el pasado jueves, sin llegar a recuperar el ansiado nivel. El mal juego de los erales de Las Monjas también condicionó el desarrollo de una novillada en la que sorprendió la mímesis desacomplejada e indisimulada de Julio Aparicio, nieto de la gran figura de los 50 y 60, que ha hecho de la célebre faena madrileña del 94 de su tío Julio la piedra angular de su tauromaquia. Aparicio, que se presentaba por la escuela de la Fundación El Juli, cortó oreja, la única de esa noche y se metió en la final. Era el tercer y último trofeo que se concedía en todo el ciclo clasificatorio.
Pero el jurado también iba a rescatar, sin desdeñar la legión de seguidores que le amparan, la proyección de Manuel Domínguez por más que el novillero de Mairena del Alcor, presentado por la escuela de Sevilla, quedara prácticamente inédito con el brusco sexto que cerró aquella noche. Estos son los mimbres para hacer el cesto. La suerte será para el que sepa aprovecharla.
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