Una mansada aplasta las ilusiones de los noveles
El encierro de la ganadería de Sobral, por sus excesivas complicaciones, impide lucirse a los novilleros · Fernando Adrián, Borja Álvarez y Rafael Cerro, finalistas
GANADERÍA: Erales de Sobral, desigualmente presentados y marcados por la mansedumbre y complicaciones. El quinto metió bien la cara en la muleta. TOREROS: Cristian Chia, de caldero y oro, Estocada (saludos tras leve petición). José Carlos Carmona, de nazareno y oro. Media y diez descabellos (silencio tras dos avisos). Mateo Julián, de caña y oro. Pinchazo hondo, estocada que asoma y media (silencio tras aviso). Borja Jiménez, de celeste y oro, Once pinchazos (silencio tras dos avisos). Luis Ramírez, de nazareno y oro. Estocada y cinco descabellos (vuelta tras aviso). Luis Alberto Gerpe, de gris perla y azabache. Estocada, siete descabellos y estocada (silencio tras dos avisos). INCIDENCIAS: Plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla. Tercera novillada de promoción. Jueves 22 de julio de 2010. Algo más de media entrada.
No digo yo que una figura del toreo no pueda con las complicaciones de los erales de Sobral que se lidiaron en la tercera novillada de promoción de la Maestranza, pero estoy seguro que muchos novilleros con picadores e incluso más de un matador hubiera acabado con dolor de cabeza ante las complicaciones de los astados de la ganadería portuguesa, de cuyo encierro, desigualmente presentado y marcado por la mansedumbre, únicamente se salvó el quinto, que metió la cara con franqueza.
Con ese ejemplar, que también manseó, el rondeño Luis Ramírez cuajó en los medios tres tandas con la diestra, de mano baja. Su faena se vino abajo tras ser cogido cuando toreaba al natural. Después de una estocada falló reiteramente con el verduguillo; por lo que le sobró la vuelta al ruedo que se marcó por su cuenta.
La noche comenzó con un desagradable novillo de embestidas descompuestas, que propinó el primer revolcón a José Carlos Carmona, en su preceptivo quite. El alumno de la Escuela de Camas, Cristian Chia, que se enfrentó a este ejemplar, realizó un trasteo desigual.
Carmona volvió a ser cogido, sin consecuencias, por el segundo, un eral que ya marcó su añoranza por la dehesa de salida, cuando se emplazó junto al portón de toriles. El alumno de la Escuela de Sevilla no pudo lucirse con un animal que se revolvía con prontitud por ambos pitones.
El francés Mateo Julián, de la Escuela de Nimes, apuntó buenas maneras con un eral complicado.
El espartinero Borja Jiménez se las vio con otro regalito, pegajoso y que se revolvía con prontitud, ante el que se mostró voluntarioso y dibujó unos preciosos doblones en el inicio de faena.
Y cerró plaza Luis Alberto Gerpe, de la Escuela de Madrid, que fue quien mejor toreó a la verónica. Con la muleta se gustó en varios pasajes de una faena notable, que malogró con los aceros.
Como en cualquier otro concurso y en la vida, la suerte juega un papel fundamental.
Los alevines de ayer la tuvieron en contra con la complicada mansada de Sobral, un encierro mucho más exigente y desagradable que los anteriores. Pero fue prácticamente como pólvora mojada para poder conseguir el triunfo ansiado y un puesto en la final que se celebrará el próximo jueves, a las diez de la noche. Un festejo, con novillos de Carlos Núñez, para el que el jurado ha elegido al madrileño Fernando Adrián, al alicantino Borja Álvarez, de Alicante y al cacereño Rafael Cerro.
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