El Barroco iluminado

El Hospital de los Venerables abre sus puertas y da a conocer su patrimonio en un recorrido nocturno

El Barroco iluminado
El Barroco iluminado / Reportaje Gráfico: Antonio Pizarro
A. F.

09 de julio 2017 - 05:49

Ejemplo de la arquitectura barroca en Sevilla y guardián de auténticos tesoros artísticos, el Hospital de los Venerables, sede actual de la Fundación Focus, abre sus puertas en las noches de verano, en colaboración con Engranajes Culturales, con sus visitas guiadas a la luz de las velas (led) donde, entre las sombras y las penumbras del pasado, se van descubriendo las grandes joyas que cobija este lugar.

Durante la visita, los asistentes pueden disfrutar de la historia del edificio, conocer las anécdotas de sus más insignes habitantes, como Elvira de Ayala, la condesa de Gelves o Justino de Neve, y también conocer la Fundación Focus más de cerca y sus colecciones artísticas. Además, se recrea la luz original del edificio a partir de velas de led que son entregadas a cada asistente y que portan durante todo el recorrido y que lo hacen viajar en el tiempo y descubrir la Sevilla del Barroco.

El itinerario de la visita permite conocer todos los rincones del edificio, abriendo al público estancias como la biblioteca o el espectacular mirador de su torreta, la altana. Además se recorren los diferentes espacios interiores y se puede pasear gracias a la luz de las velas led con una sugerente iluminación artística del edificio.

El recorrido comienza en el patio, donde se reparten las luminarias, y donde ya puede observarse la primera de sus obras maestras, la peculiar fuente rodeada por una escalinata, creada por Vermondo Resta.

En grupos reducidos, la visita arranca, como es de esperar, por el principio, los orígenes del lugar. Así, se reseña, como el Hospital de los Venerables Sacerdotes fue inaugurado en septiembre de 1698, tras dos décadas de obras.

A lo largo de esta ruta patrimonial, se visitan estancias como la iglesia, dedicada a San Fernando, mientras que la institución lo hace a San Pedro. Su monumental techo atrae la mirada de todos los que se adentran en ella. Entre sus tesoros, la obra pictórica que guarda, cuadros originales del XVII de Juan Valdés Leal y Lucas Valdés Leal, en el altar, y copias de los murillos que se apropió el mariscal Soult durante la invasión francesa, como la Inmaculada o San Pedro.

Las miradas vuelven a tornase hacia arriba al entrar en la sacristía. Su imponente techo y mobiliario a la luz de las velas cobran matices únicos. La obra que Justino de Neve encargó a Juan Valdés Leal hace una exaltación de la Santa Cruz.

En las antiguas estancias que antes acogían a sacerdotes, y cerradas al público en horario nocturno, el visitante halla espacios como la biblioteca, con 33.000 ejemplares conservados sobre Barroco y temas sevillanos.

El fin de la visita es, como era de esperar, en la estancia que encumbra el lugar, la altana, con sus impresionantes vistas de la Girada.

En el recorrido se visitan, entre otros, la iglesia, la sacristía y el patio central, donde arranca la experiencia.

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