Herederos de una artesanía con sabor a Triana

CERÁMICA NAZARET

Forma parte de la tercera generación de una familia de artesanos originaria de Triana y desde el año 2000 regenta su propio negocio en la calle Feria. Antonio del Rey Fernández empezó cuando aún era un niño "haciendo los letreros para las calles" y hoy es uno de los pocos especialistas en azulejos que quedan en la ciudad y un apasionado de un arte que no pasa de moda con los siglos.

En las estanterías de Cerámica Nazaret uno se topa con pequeñas reliquias de azulejos pertenecientes a distintas épocas, algunos elaborados con técnicas hoy en desuso, como los que están hechos con reflejos de oro, del siglo XIX. Azulejos de labores del siglo XVI, de montería, que datan del XVIII o idénticos a los que lucen en la actualidad en el Real Alcázar, en el Parque de María Luisa o en el Museo del Peregrino de Santiago de Compostela.

Antonio conoce al detalle la historia de una tradición que se exportó a diferentes puntos del planeta "cuando los azulejos se usaban de lastre" en los barcos y que encierra muchas horas de trabajo y dedicación. "Antes se necesitaban varias semanas para elaborar un azulejo", cuenta. Hoy los hornos de diésel o eléctricos han sustituido a los de leña y han cambiado también los pigmentos pero las técnicas con las que trabaja Antonio son las mismas que las que se usaban siglos atrás.

Además de los azulejos originales -cuyo precio puede ir desde los cinco a los 200 euros-, en Cerámica Nazaret elaboran todo tipo de reproducciones de azulejos y piezas cerámicas. Entre sus clientes, muchos coleccionistas y extranjeros pero también sevillanos que quieren decorar sus casas con un toque diferente. Sus azulejos han viajado a todo el mundo y han realizado trabajos en el Museo Taurino de Córdoba o el palacio de la duquesa de Alba.