Ropa de usar y de volver a usar

MODA 'VINTAGE'

En muchas ocasiones, el eterno dilema a la hora de comprar ropa es la utilidad que luego se le dará a las prendas. Adquirir un vestido que sólo tenga una puesta no suele ser una buena opción para ninguna compradora que se precie. Pero no siempre resulta fácil dar con ropa que sirva para todo tipo de contexto. En pleno corazón de Sevilla, la tienda Nanda es la solución a este tipo de problemática.

Con una mesa rosa y un par de sillas que invitan a pasar y quedarse a echar la tarde arreglando el fondo de armario, Nanda ofrece un amplio abanico de ropa y complementos para esas mujeres que buscan ir guapas pero siendo prácticas. Trajes de fiesta, camisas, faldas y abrigos se distribuyen a lo largo de este espacio de decoración vintage. Nanda Hernández, su propietaria, no sólo cumple la función de vendedora. Ella asesora a sus clientas y las ayuda a conseguir looks espectaculares para eventos importantes que pueden convertirse en conjuntos sencillos para una tarde de amigas.

Eso es lo que diferencia a Nanda de otros espacios. Su propietaria tiene claro que cualquier prenda puede ser tan versátil como la capacidad de combinarla que cada uno tenga. Por eso ella da consejos a sus clientas a la hora de comprar, para que el vestido que usen en una boda con los accesorios adecuados pueda servir para ir a trabajar. Comprar, usar y volver a usar, nada de guardar la ropa en el fondo del armario para no volver a llevarla jamás. Esa es la premisa de la que parte Nanda.

En esta tienda de la calle Zaragoza apuestan por no seguir las tendencias, sino por saber combinar y llevar prendas de calidad. Como las que allí se venden. Las firmas internacionales como Maliparni (exclusiva de esta tienda), Ivories o Altic and Barn se mezclan con otras andaluzas, porque en Nanda apuestan por el comercio local.

Otro de los aspectos a destacar de este coqueto lugar es que no entienden de edades. Por allí pasa desde la jovencita que comienza a comprarse su propia ropa hasta la octogenaria que quiere que en su armario sólo haya prendas de Nanda.

Su decoración, el trato cercano y personalizado que ofrece su dueña, la calidad y la variedad en sus complementos y, sobre todo, la posibilidad de comprar sin desterrar la ropa al último cajón del ropero son las cualidades que hacen de Nanda un establecimiento por el que pasar, entrar y echar la tarde.