Quince años después, Rafaela y Enrique, un matrimonio de octogenarios, vuelve a la Feria de Sevilla
Ha sido gracias a la colaboración entre Civitatis y Adopta Un Abuelo
Han cumplido su sueño, una ilusión que tenían desde hace más de una década. Rafaela, de 87 años y Enrique, de 86, sevillanos de nacimiento, concretamente de la Macarena, y enamorados de su ciudad, han vivido una jornada que jamás olvidarán: volver a la Feria de Sevilla después de 15 años sin poder asistir. Para esta entrañable pareja, la Feria siempre fue un punto de encuentro con amigos, familia y recuerdos llenos de color, música y alegría. Rafaela recuerda que ella no se vistió nunca de flamenca, aunque sí les hizo trajes a su hija. “Yo prefería siempre ponerme mi mantón y ya”, recuerda.
Gracias a la colaboración entre Civitatis, la plataforma de venta de actividades en español por todo el mundo, y Adopta Un Abuelo, el programa de acompañamiento intergeneracional que conecta a personas mayores con voluntarios, Rafaela y Enrique han disfrutado de una experiencia completa que les ha llenado de vida. “Lo único que eché en falta fue el puesto de los churros, que no pudimos pararnos en niguno”, añade Rafaela.
Para la ocasión no faltaron los claveles, ni en el ojal de la solapa de él ni adornando el pelo de ella, muy favorecida con un collar de cuentas rojas y unos pendientes del mismo color más coral que rojo. “No puede faltar beber rebujito y bailar con la chica que te gusta. La chica que me gusta es mi mujer”, asegura Enrique. Por cierto, “muchas gracias a Lidia y a la otra muchacha que nos acompañó que no me acuerdo del nombre pero era uno de tiempos de los romanos”, cuenta Enrique.
Antes de llegar al real, la pareja realizó una ruta por el Alcázar, la Catedral y la Giralda de Sevilla, redescubriendo los tesoros históricos de su ciudad natal desde una nueva perspectiva. La experiencia culminó con un relajante paseo en barco por el Guadalquivir, desde donde contemplaron Sevilla con la misma emoción que la primera vez.
Ya en la feria, y vestidos con sus mejores galas, la pareja volvió a pisar el real, entre farolillos, rebujito y sevillanas. “La Feria está como siempre, pero con más gente, más carruajes y más caballos”, comentó Enrique. Rafaela recuerda que fue por todos lados con su silla y asegura que volverá el año que viene “si podermos”.
Este emotivo reencuentro con una de las tradiciones más queridas de Andalucía demuestra que los sueños no tienen edad. Con esta iniciativa, Civitatis y Adopta Un Abuelo buscan seguir promoviendo experiencias significativas para las personas mayores, luchando contra la soledad y devolviéndoles la ilusión. Porque siempre hay tiempo para volver a lo que nos hace felices.
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