Leopoldo abadía. Ingeniero industrial y escritor

"Mis hijos se ríen, mis nietos presumen, mi mujer me ignora"

  • Viene con nuevo libro bajo el brazo: 'Yo de mayor quiero ser joven'. "Algunos dicen que han estudiado Economía en mis videos con Buenafuente", explica. "El bien y el mal no son una convención social. No lo es ser un traidor", comenta.

Yo de mayor quiero ser joven, con el subtítulo Reflexiones de un chaval de 82 años es el noveno libro que Leopoldo Abadía (Zaragoza, 1933) publicado en Espasa. El autor de La crisis Ninja y otros misterios de la economía actual recorre España con su nuevo libro y con Gonzalo, el undécimo de los doce hijos con Elena, con la que se casó en octubre de 1958. Hijo único, padre prolífico, abuelo de 45 nietos. Rinde homenaje a Ramón Vila, autor del primer gol en La Romareda, y Javier Marcet, futbolista que fue internacional, abogado, economista y autor de un libro con prólogo de Del Bosque.

-En 1933, el año que usted nace en Zaragoza, Franco estaba allí...

-Era director de la Academia. Mi padre siempre recordaba que por la Avenida de la Independencia paseaban los cadetes y tenían que cuadrarse ante Franco, que estaba tomando el fresco con su mujer.

-¿A Pedro Sánchez y Albert Ribera no les cuadraría un libro titulado Yo de joven quiero ser mayor?

-Cada uno tiene que ser lo que es. Para mí, que tengo 82 años, un viejo de ochenta años que se casa con una chica de 25, eso no es ser joven, eso es ser tonto. Ser joven es transmitirle a los jóvenes todo lo que sabes, contagiarles optimismo. El optimista no es el que dice "aquí no pasa nada", es el que lucha con uñas y dientes y sigue adelante. Un mayor que quiera ser joven no puede decir eso es de mi época, eso está prohibido.

-¿Ser normal es tan raro?

-Ser normal hoy es increíble.

-¿Le ha granjeado enemigos defender la educación diferenciada?

-Es una cosa opinable. Yo pienso que la educación diferenciada es mejor que la otra. Eso es opinable. Lo que no lo es es que me quiten la libertad, mi derecho a un concierto educativo.

-¿De mayor quiere ser Luis Miguel Dominguín por Ava Gardner?

-Este torero presumía de ser el número uno, en la plaza levantaba el índice en plan chuletilla. Un día coincidí con él en el ascensor del hotel Carlton de Bilbao. No podía casi ni moverse y le dijeron que no debía torear al día siguiente. "Yo me debo al público", dijo. Entonces me ganó.

-¿Y Kennedy por Marilyn?

-Llegué con mi mujer a Boston en septiembre de 1963 y en octubre, un mes antes de que lo asesinaran en Texas, lo vimos en un coche descapotable cuando salíamos del cine.

-Sus 82 años los tendrá un niño que nazca hoy en 2098. ¿Qué 98 le sonará más, el de Unamuno y la pérdida de las colonias o el de la España de Aznar y el Mundial de Zidane?

-No hace falta esperar tanto. ¿Qué colonias? Y Unamuno les suena a los cultos. A mis nietos no les pregunte quién es Unamuno. Lo que me gustaría es que la gente se acordara de sus padres y sus abuelos y lo bien que les educaron. Llevamos mucho tiempo sin que pase algo gordo. El descubrimiento de América, la explosión de Apple. Que gane Aznar o Pedro Sánchez es poquita cosa.

-Habla de robar, no matar. ¿Es tiempo de los Diez Mandamientos sin Dios?

-Es que los Diez Mandamientos son la ley natural. El bien y el mal no son una convención social. Ser traidor no es una convención. Ser leal tampoco. O ayudar a los demás. Hay cosas que está muy claro que están bien o mal. Y para las dudas está la formación.

-Abuelo de 45 nietos. ¿Qué opinan de tener un abuelo tan conocido?

-Mis hijos se ríen, mis nietos presumen, mi mujer me ignora. Encuentro en la calle o los aeropuertos a gente que me dice que ha estudiado Economía en mis videos con Buenafuente.

-¿Por qué quería ser Liz Taylor?

-Un día salíamos mi mujer y yo de ver en el teatro Alguien voló sobre el nido del cuco con Kirk Douglas. Un coche obstruía el paso. Se bajaron Richard Burton y Liz Taylor dijo "excuse me".

-¿Qué lee el escritor?

-De historia y novela negra. Estoy leyendo un libro de Pedro J. Ramírez y El cura y los mandarines de Gregorio Morán. Le llamé y le dije que iba por la página quinientas y no había salido el cura. Llevo una temporada sin leer porque veo películas en Netflix para perfeccionar el inglés. Lo hablo como Frank Sinatra.

-Va a recorrer media España. Parece Estopa...

-Yo no los conocía. El otro día vinieron a saludarme. El mismo día se iban a Venezuela.

-¿Cómo divide su prole?

-Ocho varones y cuatro hembras. Diez catalanes y dos aragoneses. Me fui a Barcelona.

-¿Se puede vivir allí?

-Se vive muy bien. Con la gente normal se vive muy bien en cualquier sitio. Con la que no es normal, ni en Barcelona ni en Cuenca.

-De mayor también quiere ser Tierno Galván...

-Cuando era alcalde de Madrid, yo tenía una hija ingresada en Pamplona. Tenía que viajar a Madrid y el aeropuerto estaba cerrado por la lluvia. Vi una avioneta, vi un señor con una gabardina azul, deduje que era el piloto, pero era Urralburu, el presidente de la Diputación Foral de Navarra. Me dijo que la avioneta era la de Tierno Galván, que estaba de campaña electoral en 1982. Les dije que si podía ir con ellos. Después llegó Tierno, me preguntó si estaba cómodo y se puso a leer.

-¿Cómo salir de la poscrisis económica?

-Yo no he sido nunca economista. Soy ingeniero. Lo único que hago es aplicar lo que hago en mi casa al Estado. Si gano cien y gasto ochenta, la cosa va bien. En ves de cien pon cien mil y en vez de ochenta ochenta mil. Algunos economistas me dan la razón y los que me dicen que no tengo ni idea, pues es verdad.

-El rey Juan Carlos I también pasó por Zaragoza...

-Cuando éramos novios mi mujer y yo íbamos al Gran Hotel de Zaragoza a merendar gambas al ajillo. El entonces Príncipe estaba en la Academia y aparecía por allí con su pandilla de amigos y amigas. Como era cadete y yo alférez, si hubiera ido de uniforme me habría tenido que saludar.

-¿Quién le ayuda?

-A mí no me ayuda nadie. Mi hijo Gonzalo, el undécimo, es mi jefe.

-Le faltan tres libros para tener tantos como hijos...

-Ya he empezado dos. Uno tiene de título provisional Todo. Se lo pregunté a mi hijo Gonzalo. ¿Qué está pasando en España, en Europa, en Estados Unidos, en China? Tengo la manía de que todo está ligado. Hay una helada en Rusia, pobres rusos, y al día siguiente sube el pan porque hay menos trigo. Cojo una serie de notas con palabras y las extiendo en la mesa del comedor. El efecto mariposa pero a lo bestia.

-¿Por qué Leopoldo?

-Como mi padre, mi abuelo y uno de mis hijos. Mi bisabuelo tuvo 17 hijos. He conseguido reconstruir los nombres de once. Se le acabó la inventiva y como era muy partidario de Isabel II a uno le puso Leopoldo por O'Donnell y a otro Baldomero por Espartero.

-¿Da prestigio Harvard?

-Me fui con 30 años, mi mujer, tres hijos y Sofía, la chica de servicio.

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