La ciudad y los días

carlos / colón

País que honra a los asesinos

Acausa de un Código Penal vergonzoso, afortunadamente en parte corregido en 1995 gracias al PSOE (el asesino de Alberto y Ascensión deberá cumplir 40 de los 57 años a los que ha sido condenado: ya veremos qué pasa); a causa del vergonzoso parche de la doctrina Parot y de la igualmente vergonzosa resolución de Estrasburgo (que se atenga a la objetividad jurídica no le priva de este carácter); a causa de la vergonzosa inhibición del Estado en la aplicación del mandato de Estrasburgo (¿no habían asegurado los ministros de Justicia e Interior, compareciendo juntos, que "se ha producido un fallo para un caso concreto, hay que individualizar cada una de las peticiones y habrá que resolver cada una fundamentándose en derecho y esa tarea corresponde a los tribunales"?); y a causa de la vergonzosa y sorprendente diligencia de los habitualmente lentos tribunales, contradiciendo lo dicho por los ministros de Justicia e Interior…

A causa de todas estas vergüenzas estamos padeciendo la vergüenza de soportar que los asesinos etarras excarcelados sean recibidos como héroes, hasta con disparo de cohetes y repique de campanas como en el caso del asesino del hijo del guardia civil Antonio Moreno. Tenía tres años. Estos días Antonio recordaba que tras la explosión "no pude sacar a mi hijo entero, tuve que sacarlo a trozos". Tenemos el imprescindible Vidas rotas (Planeta) que narra la historia de todas las víctimas de ETA. Pero necesitamos también un libro negro del terrorismo vasco. Como el Libro negro en el que Vasili Grossman e Ilya Ehrenburg recopilaron, a través de miles de testimonios, la historia oral del exterminio de los judíos durante la invasión alemana de la URSS.

El delegado del Gobierno ha advertido que "no bajará la guardia ante actos que suponen una humillación a las víctimas y una exaltación de apoyo a lo que fueron comportamientos terroristas". Mentira. Habrá más festejos. Y los celebrados quedarán impunes.

Lo único positivo es que se sigue haciendo visible el apoyo social que los objetivos y métodos de ETA tienen en el País Vasco. Durante años se mantuvo la mentira de que la causa de ETA era apoyada por minorías, intentando "desvasquizar" la cuestión terrorista. Tras el éxito de Bildu, las masivas manifestaciones de apoyo a los presos etarras y la celebración del regreso de los asesinos hay que ser un canalla, y no sólo un imbécil, para seguir manteniendo esta mentira.

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