Lopera, en el alero 20 años después

Aquella expresión que Manuel Ruiz de Lopera convirtió en casi inseparable de su persona -¿Dónde estaban en el 92?- adquiere hoy vigencia, cuando se cumplen 20 años de aquel día en el que Lopera se hizo con el mando del Betis, después de una serie de reuniones con las que accedió al poder. Precisamente, ayer, en el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Sevilla se produjo una audiencia entre los 17 demandantes -17 accionistas béticos- y los abogados de Lopera, dentro de la reclamación iniciada el pasado 22 de mayo con el objeto de discutir la adquisición del 31,38% de las acciones de Farusa, una de las sociedades de Lopera, y que forman parte del 51,34 en el Betis, lo que pondría en el alero esa mayoría accionarial lograda el 30 de junio de 1992.

A la audiencia acudieron como abogados de la parte demandante Manuel Serrano, miembro de Béticos por el Villamarín, Javier Romero Martínez-Cañavate, el abogado que firmó la demanda civil y Adolfo Cuéllar, mientras que por parte de Lopera acudieron los abogados del despacho sevillano que le viene defendiendo en las diversas causas relacionadas con el Betis. A la cita también acudieron los abogados del club verdiblanco, ya que también está incluido como demandado.

El asunto tratado por las partes ante el juez Eduardo Gómez, el mismo que aprobó el convenio de acreedores, es la posición con respecto a las medidas cautelares planteadas por los demandantes por ese porcentaje del paquete mayoritario que está en discusión. Éstas consistirían en una nueva intervención judicial que sólo se activaría si concluyera la que actualmente desempeña José Antonio Bosch, que le fue encargada por el Juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla.

Durante la audiencia, la parte demandante ratificó su posición sobre la petición de estas medidas cautelares, mientras que los abogados de Lopera, como era lo esperado, se opusieron a la misma, bajo el criterio de que ya existen unas medidas cautelares decretadas por un juez, por lo que no sería necesario incidir en este aspecto. "Es curioso que los abogados de Lopera se defiendan con esa diferencia de criterio, pero no señalando que sí realizó el pago de las acciones discutidas, con lo que se pondría fin al asunto", señala la parte demandante. El Betis, por su parte, también se opuso a las mismas, basándose en que la única constancia que tienen de este asunto es el libro de accionistas que posee la entidad y donde no se pueden probar las irregularidad que se apuntan en la demanda. Tras escuchar a las partes, el juez tomará una decisión en los próximos días, en un plazo que no debe alargarse más allá de los 15 días, según los tiempos habituales de los juzgados mercantiles.

Pese a todo, lo trascendente de este asunto radica en la propiedad de las acciones que se discuten, que pondría en jaque la mayoría accionarial de Lopera y permitiría atomizar el paquete entre los nuevos compradores. Precisamente, cuando se cumplen 20 años de la entrada de Lopera como máximo accionista del Betis, su posición se encuentra más que nunca en el alero. "Aprovechando que estamos hablando de fútbol, apostaría a que Lopera no volverá al Betis, ni los béticos se lo vamos a permitir", sentencia Miguel Cuéllar, referente de esa lucha contra la mayoritaria.